Esta torre donde esta cigüeña descansa después de sus vuelos de observación y tras haber picoteado reptiles y sabandijas, ratones y ratas, y algún saltamontes despistado, debe muchísimo a otros Blogs que la incluyen entre sus enlaces y hacen que sus respectivos lectores recalen por aquí.

Hoy quiero referirme a dos de ellos. Uno es argentino, El Blog de Cruz y Fierro. Lo lleva un joven culto, inteligente y católico. Sin conocernos personalmente hemos llegado a tener una notable amistad. Hoy sé que atraviesa dificultades personales. No he podido todavía ponerme en comunicación con él. No conozco, por tanto, cuales son sus problemas. Pero, sean cuales fueren, mi solidaridad y mis oraciones.

El otro es español. Y recientísimo. A su autor le conozco muchísmo pues es enorme amigo de uno de mis hijos. Y mío también. Lo titula El núcleo de la lealtad. Es un Blog carlista, partidario de Don Sixto de Borbón. Yo en eso no entro. No soy carlista, aunque tenga no pocos amigos de esos sentimientos, y las cuestiones puramente políticas no tienen cabida en esta torre.

Pero incluye en su primera aparición un trabajo sobre los crsiteros mejicanos verdaderamente impresionante con relación de todos, o de casi todos, los mártires ya elevados a los altares. Incluso con fotografía de los mismos.

También nos trae una numerosísma relación de mártires de 1936, aunque esa cifra va a quedar muy alterada en los próximos años pues van a subir a los altares bastantes cientos más.

E incluye una vieja conferencia mía sobre las Vírgenes de España que ha ilustrado con imágenes de las mismas en un trabajo ímprobo y para mí emocionante. No hay como tener amigos.

No puedo dar cuenta aquí hoy de todos los Blogs que incluyen la referencia a esta torre y que, sin duda, son directos responsables de tantas visitas. Sobre todo hispanoamericanas. No debo tener tanta vanidad cuando todavía no he hecho el recuento. O algún recuento. Porque seguro que habrá unas cuantas de las que no tengo conocimiento.

Pues a ámbos mi gratitud. Y a Cruz y Fierro la seguridad de mis oraciones.