Don Adolfo González Montes, mi "enemigo" obispo de Almería.

Don Adolfo no me tiene simpatía. Y seguro que me lo he ganado a pulso. No me parece una injusticia por su parte.

¿Por qué afirmo eso? Por lo siguiente: Yo llevo ya muchos años enviando un artículo quincenal a la revista Siempre P'Alante. Se acercan a los doscientos,con lo que, si tenemos en cuenta que aparecen veintidós números al año, si no me fallan las matemáticas, que suelen fallarme, creo que llevo ocho años ininterrumpidos escribiendo sobre lo que escribo. Sólo os diré que mi página se titula Episcopalia.

Pues en esa revista he puesto a Don Adolfo a escurrir por sus hazañas en el obispado de Ávila donde entró como caballo en una cacharrería. Y de donde salió en 2002, había entrado en 1997, en medio de lo que más se parece a aquella figura canónica medieval que se llamaba el odium plebis.

El director de la mencionada revista, por que le da la gana, se la envía a todos los obispos de España. En lo que está en su derecho. Me consta, tengo sobradas anecdotas sabrosísimas, que no pocos la leen. Con mayor o menor gusto. O con muchísimo disgusto. Don Adolfo la devolvía puntualmente haciendo constar, creo que de mano de secretario, que no le interesaba nada. No sé si actualmente continúa ese toma y daca Pamplona-Almería y Almería-Pamplona. Nunca me acuerdo de preguntárselo al director de la revista.

Teniendo en cuenta que los demás artículos del quincenal, cuya responsabilidad no es mía sino de sus autores, podrán gustar más o menos al obispo recipendiario pero que no son como para devolverla con ostentación, sino, como mucho, para tirarla a la papelera, pienso que Don Adolfo me la tiene guardada por mis críticas sobre su pontificado abulense y mis sornas sobre el traslado a Almería. Y vuelvo a reconocer que razones personales no le faltan.

Pero así como pensaba que fue un nefasto obispo de Ávila también creo que está siendo un buen obispo de Almería. Todos aprendemos de los sopapos que nos da la vida. Y los listos, él lo es, aprenden a toda velocidad.

Varias veces he dicho ya que en Almería lo está haciendo muy bien. Hoy quiero dejar constancia de su excelente mensaje de Navidad a la diócesis. De lo mejor que he leído. Terrorismo, laicismo, el islam, están tratados no bien, mucho más que bien.

Don Adolfo, hoy nos nace el Niño del amor y de la paz. Hoy mismo, exactamente dentro de doce horas. Yo le envío un abrazo. Entiendo que en su corazón haya espinas por mi causa. Puede devolverlo como hacía, o sigue haciendo, con la revista. No quiere saber nada de él. Pero si lo que me devuelve es otro abrazo yo lo recibiría de todo corazón.

Sea lo que sea, que el que nos va a nacer le bendiga muy especialmente.
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