Obispos independentistas.

No es ninguna sorpresa. Informa de una modesta reunión, de "casi setenta asistentes" con un abierto matiz separatista. Lo curioso es que en ella estuvieran tres obispos catalanes. Carrera, Guix y Soler. También estuvo el secretario general del obispado de Bilbao, Gaspar Martínez Fernández de Larrainoa, el sacerdote de Vitoria José Antonio Badiola y el jesuita Txema Auzmendi, a quien he visto citado en algunas ocasiones como Auxmendi, cosa que me es igual la como le dé la gana de llamarse.
Pues fácil colegir cuales fueron dos de los seis votos contrarios a la última declaración de los obispos de España. Habrá que averiguar cuales fueron los otros cuatro. Dos son seguros.
Pero, triste porvenir. Guix lleva unos años de emérito. Luego no pudo votar. Carrera lleva ya más de año y medio prorrogado pues cumplió los setenta y cinco años en mayo de 2005. A nada que espabile el nuncio le quedan dos telediarios. Y Soler cumplió los setenta y cuatro el pasado 12 de septiembre. Son ya momias. A ellos hay que unirle el obispo de San Sebastián, Uriarte. Otro jovencito de setenta y tres años y medio. Sin duda es nuestra joven Iglesia de mañana.
Nos faltan otros tres. Si uno de ellos es, como pienso, Echenagusía, pues se trata de otro barbián. En el próximo abril cumple setenta y cinco años.
La peor Iglesia es la Iglesia más vieja y más pasada. A punto de irse. Quedan dos votos. ¿Fué uno el de Sánchez? Pues otro imberbe que ya cumplió los setenta y dos. Queda Vives. Él verá si quiere ser el último de Filipinas. Dentro de un par de años será, no creo que se atreva, el único voto en contra de la Conferencia Episcopal. Porque Martínez, el de Barcelona, no le va a seguir. En su permanente búsqueda del capelo.
Pues para que echen cohetes. Esa plaga de Egipto, que ha asolado la Iglesia de España, y la de Cataluña y el País Vasco, está más acabada que la barretina o la txapela. Son ya una triste reliquia. Pulvis, cinis, nihil