Patadas en los cataplines

Ramblas amenaza con dar una patada en ese sitio a determinados curas. Estos replican que se la devolverán en el mismo lugar. Y para animar más el ambiente se llaman cabrones los unos a los otros y los otros a los unos. Y se quedan tan contentos.

A mí me parece lamentable. Creo que la razón que pudiérais tener la perdéis con ese estilo. Nadie os tendrá por personas a las que valga la pena escuchar. Y reconozco sin el menor problema que casi todas esas provocaciones las inicia Ramblas. A quien responden en el mismo tono que él utiliza.

Yo no puedo borraros todos los excesos. Por enésima vez os vuelvo a pedir que moderéis un tanto vuestras expresiones. Por el bien de todos. Empezando por el vuestro. Yo no conozco a Ramblas, tal vez alguna vez le haya visto pero no lo recuerdo. Sí conozco a personas muy próximas a él que son de agradabilísimo trato. Estoy seguro que él será igual si llegas a tratarle. Tiene conocimientos acreditados, versifica muy bien, me parece una lástima que arruine sus argumentos con ese lenguaje que no aporta nada a lo que dice. Y que además deja sin cuidado a las personas a quienes se dirige, a nada que tengan un mínimo de sentido común.

Las personas normales están convencidas de que el insulto no descalifica al insultado sino al insultador. Y no se inmutan porque un desconocido, a quien además desprecian, les llame perro judío. O cualquier otra cosa. Más o menos sonora.

Os lo pido una vez más. Aunque convencido de que sin el menor resultado. Pero por mí que no quede.
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