Entiendo perfectamente que Ruíz Gallardón no le tenga simpatía a Jiménez Losantos. Que le critique, lo lleve a los tribunales o no le invite a los actos del Ayuntamiento de Madrid. Pero pedir una audiencia al Papa para protestar de que los obispos le tengan en la COPE creo que va contra todo protocolo e incluso contra toda educación.
Y no sólo con el Papa. Creo que ocurriría lo mismo con cualquier otra persona con alta representación. Parece normal que el presidente de una importante empresa española pida una audiencia al presidente del Gobierno para tratar de economía, de la situación de su sector o de las ayudas que éste precisaría. Pero si declara que lo que va a hacer es decirle que es un impresentable por tener en su Gobierno, por ejemplo a Bibiana Aído, o a criicarle que Don José Blanco se haya comprado un ático en la Ría de Arosa lo normal, es que el presidente del Gobierno le anule la audiencia. O que un intelectual más o menos conocido solicite ser recibido por el rey y declare antes de encuentro que el rey la va a oír por tener a Aza en su secretaría. Supongo que también se quedaría sin audiencia. Y se podrían aducir mil ejemplos más.
No puede ir el alcalde de Madrid a ver al Papa para hablarle de la COPE. Tenga o no razón. Me parece a mí.