Me dicen que tras cuarenta años de ausencia episcopal, los de los penosos pontificados de Jubany, Camprodón y Soler, el nuevo obispo de Gerona, Don Francisco Pardo va a presidir mañana la procesión del Santo Entierro.
Parecerá a muchos noticia sin importancia. Yo creo que la tiene. Los iconoclastas de las devociones populares han sido como una plaga de langosta. Tanto quisieron podar que el árbol se secó. El gesto de Don Francisco quiero entenderlo como un pequeño signo de que no va a continuar los pasos de sus antecesores que iban directamente al abismo de la nada.
Ahora otra cosa que tampoco parece tener mucha importancia pero que también tiene alguna. El inútil, o la inútil, que se encarga de la web de la Conferencia Episcopal todavía no ha tenido tiempo de colgar la fotografía del obispo de Gerona entre las de los demás obispos. Tal vez falte también la de algún otro. Pues podía espabilar, que es más lento que el nuncio nombrando obispos. Y hasta pudiera ser que tenga sueldo por lo que hace. O más bien por lo que no hace.
P. D.: Veo que tampoco ha incluido entre los obispos a Cerro y a Taltavull. Con la agravante respecto a este último que tiene la fotografía pero entre los colaboradores de la CEE no obispos. Y para más inri ni sabe como se llama. Para ese genio es Talvavull. En esas manos estamos.