No sé si va a ganar Rodríguez Zapatero las próximas elecciones. Caso de que las gane tampoco sé si esta ofensiva contra la Iglesia es puramente un argumento electoral o si va a extremarla caso de que vuelve a tener otros cuatro años en sus manos el gobierno de España.

Parece, por lo que se está viendo, que se liberalizará todavía más el aborto y se legalizará la eutanasia. Sobre el matrimonio no es previsible se empeore más. Apenas queda ya llamar matrimonio al hacerlo con una cabra y la poligamia. Y no me parecen previsibles en la próxima legislatura.

Se impondrá, y pobres de los padres y los alumnos que se opongan, la Educación para la Ciudadanía.

Y después las amenazas. Que caso de llevarlas a cabo podrían ser las siguientes.

Supresión de la asignatura de Religión. Con lo que los profesores actuales ya pueden ir buscando otro medio de vida.

Supresión de la x en la declaración de la Renta. Lo que significaría el hambre para muchísimos sacerdotes.

Supresión del arzobispado castrense y de la atención religiosa a las Fuerzas Armadas. Creo que sería el problema menor. Los sacerdotes adscritos a ese ministerio pasarían a ser diocesanos.

Supresión de todo acto religioso institucional: funerales de Estado por soldados muertos en esas "misiones de paz" tan peligrosas , por militares, policías y guardias civiles asesinados por el terrorismo; bodas, bautizos, funerales y demás ceremonias católicas de la Familia Real que pasarían a ser actos meramente privados con eco solamente en programas del corazón; el nuncio no sería el decano del Cuerpo Diplomático; la Pascua Militar dejaría de existir...

Dificultades a los colegios católicos, concertados o no: licencias, inspecciones, impuestos...

Dificultades a los actos religiosos, incluso los de culto: Permisos, campanas, procesiones, concentraciones...

Ataques y burlas constantes en prensa radio y televisión a la Iglesia y los católicos. Bastantes más de las que ya venimos padeciendo.

Pues, si ello viniera habría que afrontarlo. Iban a ser sin duda tiempos difíciles. Pero la Iglesia no iba a desaparecer. Yo no sé si Zapatero desaparecerá en marzo, dentro de cuatro años, o de más. Pero seguro que va a desaparecer. Y la Iglesia va a verlo. Lo que él no verá nunca es la desaparición de la Iglesia.

Y si se llega a una abierta confrontación se aclararán algunas cosas. Desaparecerán esos católicos de boquilla que se manifiestan siempre contra la Iglesia. Porque ya nadie creería que, si un Bono, un Vázquez u otros análogos, respaldasen esas medidas fueran católicos.

También todos esos curas, teologuetes, religiosos, miembros de comunidades de base, monjas despistadas, etc., etc., que pretenden compatibilizar socialismo y pertenencia a la Iglesia. Yo creo que se puede ser socialista y católico. Pero lo que no se puede ser es católico y perseguidor de la Iglesia. De toda esa morralla nos habríamos liberado.

No voy a entrar ahora a criticar a los obispos, cuyo nombre recuerdo muy bien, ni a los sacerdotes que creyeron, manifestaron e hicieron propaganda del socialismo español. No pocos de los curas amenazados de morirse de hambre, ahí están las encuestas, eran entusiastas del PSOE. Pues acertadicos que estaban.

No tengo ni idea de si esta campaña comecuras le va a dar a Rodríguez Zapatero los votos que busca y necesita. O si se los va a quitar. Para la Iglesia, para los católicos, sería muy bueno que los perdiera. Tendremos a estar a lo que venga. Y si llega otra persecución religiosa será porque Dios lo permite y porque los católicos no lo hemos sabido impedir.

Como digo, la única ventaja va a ser que por fin, de una vez, vamos a tener clarísimo quienes no son de los nuestros. Igual Rodríguez Zapatero nos va a hacer un gran favor.