¿Me lo explican, porfa?

Porque no se entiende nada.

El texto aprobado por la Conferencia aún no se conoce. Pues, ¿se aprobó o no? Porque si los obispos lo aprobaron deberían conocerlo. Y, para ello, tenía que estar escrito. En cuyo caso podría, y debería, darse a conocer íntegro. No se entiende, ¿verdad?

Pues sólo se han dado a conocer los párrafos relativos al terrorismo. Que, además, son los finales. ¿Qué pasó o pasa con los otros?.

Se ha dicho que el texto ha sido un triunfo de los obispos Sebastián y Blázquez. Estoy dispuesto a creerme lo de Sebastián porque lo que se conoce sobre el terrorismo va en su línea. Pero, ¿cuál es el triunfo de Blázquez? La condena del terrorismo es rotunda. Hasta tal punto que un periódico ha dicho que los obispos se han vuelto a alinear con el PP. Y yo precisaría que con la línea más dura del PP. ¿Y eso es lo que postula Blázquez? ¿Y yo sin haberme dado cuenta? ¿O es que Blazquez sostiene unas cosas en Bilbao y otras en Añastro?

Con lo que ha aparecido queda absolutamente desautorizado Uriarte y, en cierto modo, también Blázquez, Asurmendi y Echenagusía. Cómo para que estén contentos. Si esos párrafos los hubiera redactado el cardenal Cañizares no hubieran salido más rotundos.

Y luego está lo del número de los obispos. Porque las cuentas no salen. Parece que sólo estuvo ausente la calamidad de Ciuraneta. Luego si votaron 73 obispos y hay setenta y ocho, cuatro se han perdido por el camino. Si el gran Jorge Manrique decía aquello de los Infantes de Aragón, ¿qué se hicieron? bien podemos nosotros preguntarnos donde fueron los cuatro obispos perdidos. ¿Los hallaron después en el templo? ¿Tuvieron un apretón imposponible?

Parece, por todo, que el dichoso documento se está alumbrando muy mal. Bueno sería que el P. Martínez Camino despejara cuanto antes tanta incógnita. El oscurantismo hace que se multipliquen los fantasmas. Y los paganos, los que pagamos, no nos lo merecemos. Así que, porfa.
Volver arriba