¿Por qué os gusta sufrir?

Cada vez que anuncio cien mil visitas más a la torre de esta cigüeña hay algunos que se llevan un tremendo disgusto y así lo manifiestan. La verdad es que no lo entiendo.

Si les revienta este espacio harían muy bien en no visitarlo. Con lo que se ahorrarían un doble berrinche. El primero, no leer lo que les fastidia. Y el segundo comprobar que lo que a ellos les encocora interesa a muchos.

El masoquismo es una grave perturbación mental. Las personas a quienes les gusta sufrir deberían ir inmediatamente al psiquiatra. Lo normal es que a uno le apetezca gozar. No padecer.

Tiro piedras contra mi propio tejado. No me importa. Quienes sufrís tanto visitándome todos los días deberíais absteneros. Aunque yo pierda tres o cuatro visitas, no me importa. Me sobra con las otras. Ya lo veis. Siento daros ese disgusto pero así es.

Os vais, dejáis de flagelaros y yo contentísimo. Mi buen corazón sufre al veros sufrir tanto. No os queda ya más que el insulto poco ingenioso y repetitivo. Y el cabreo por el número de visitas. Que la próxima vez que lo comente será ya un millón. Lo siento, chicos, pero así es.

Sé que os fastidia mucho. Pero el remedio lo tenéis al alcance de la tecla. No comparecéis por aquí y se terminan vuestros berrinches. Montáis un Blog y tal vez consigáis reunir a las catorce personas cabreadas con el mío. O a las ciento cuarenta y cinco. Yo os doy mi palabra de que jamás lo visitaré. Pero, si eso os gusta, a disfrutarlo. Lo absurdo es que vengáis por aquí a llorar. A pasarlo tan mal.
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