La incoherencia, estado habitual de muchos católicos.

Me trae la reflexión un libro que acaba de publicar en España un mejicano desconocido, de quien ni el nombre voy a dar, y que es un pèrmanente ataque a la Iglesia.Aunque podrían multiplicarse los casos.

Si el bodrio del Código da Vinci no lo hubiera comprado un solo católico, si los libros de Alfaguara, la editorial donde ahora se publica este nuevo ataque a la religión, dejaran de ser adquiridos por quienes se consideran miembros de la Iglesia, si El País, periódico donde ésta es combatida un día sí y otro también dejara de ser lectura de todos aquellos que tienen algún compromiso con ella, si los partidos políticos que le demuestran constantemente su hostilidad no recibieran un solo voto de millones de personas en las que su fe y su militancia política es una pura incoherencia, otro gallo nos cantara.

Los productores del cava catalán están preocupadísimos, y afactadísimos, porque muchos miles de españoles han dejado de comprar ese producto. El día en que los católicos españoles tengan un mínimo de coherencia, y hagan saber, y notar, que sus dineros no van a ir a quienes combaten sus convicciones esto cambiaba seguro. En la política, en el kiosco, en la librería y hasta en el mundo empresarial.
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