La insignificante nadedad de Blázquez.

Hay un sector, más extraeclesial que eclesial, pues en éste ya le conocen todos, empeñado en vendérnoslo en base a no se sabe qué y que además no tiene nada que ver con el obispo.
No es cabeza de nada porque es incapaz de serlo. Es algo así como el resto de un naufragio que las olas llevan de un lado para otro, golpeándole contra las rocas de la costa, a las que no sabe ni quiere asirse, y cada vez más deteriorado.
Se inventan respaldos papales inexistentes, apoyos episcopales cada vez más decepcionados, e ilusiones del Gobierno por su persona que tal vez sea lo único cierto de la película. Pero no porque el Gobierno sienta por él la menor simpatía sino porque piensan que en su nadedad es el mejor interlocutor que podrían encontrarse. Algo así como si alguien tuviera que pelearse a puñetazos con Woody Allen o Sylvester Stallone. Todos preferirían al primero. Pues para ZP y los suyos Blázquez es Woody Allen.
Acabo de leer un panegírico del obispo de Bilbao en El Correo. Me parece que todo son ilusiones de un periodista que no tienen nada que ver con la realidad. Yo de los obispos de España me puedo esperar casi todo. Y más después de haber hecho a Blázquez su presidente. Pero no me puedo creer que sean capaces de reelegirle. Pichote sería un genio a su lado.
Llevan ya no sé cuanto tiempo promocionándole desde Bilbao. Cosa que no llega nunca. Le hicieron arzobispo de Madrid y de Toledo en seguros traslados de sus arzobispos a Roma. Cosa que afortunadamente no ha ocurrido. Ahora sólo tienen Pamplona ante la inmediata jubilación de Don Fernando Sebastián. Mediocre promoción. Que espero no sea cierta si no quieren hundir para siempre a la archidiócesis navarra.
Su caso no es el de Roma no premia traidores. Más bien el de no premia inútiles. El inmenso error fue llevárselo de Palencia. Allí hubiera sido un obispo discreto, sin relevancia alguna, pero como bastantes otros. Todo lo demás: Bilbao, la Conferencia Episcopal, ha sido poner de relieve su insignificante nadedad.