Una pastoral. Enhorabuena.
En Madrid fue un excelente vicario episcopal y ello le llevó a ser nombrado obispo auxiliar de Orihuela-Alicante en 1998. Un desencuentro episcopal entre el obispo y su diócesis de Ávila, del que ahora no me voy a ocupar, llevó a Don Jesús a la ciudad de Santa Teresa y fue el bálsamo que curó todas las heridas.
Ávila, con un episcopado muy controvertido desde los días de aquel gran obispo que fue Don Santos Moro, ha encontrado a su obispo y Don Jesús a su diócesis. No faltan rumores que lo postulan para Pamplona o para Granada, si se llevaran a Don Javier Martínez, y hasta para Valencia. Creo que le harían un flaco favor. Él está encantado en Ávila y los abulenses, clero y pueblo, con él.
Pero no quería hablar hoy de Don Jesús sino de una excelente carta pastoral de Don Jesús. Ya apenas existen cartas pastorales. Las han sustituido breves escritos semanales, mejores o peores, donde hay más oportunidad que magisterio. Aunque algunos sean excelentes.
Don Jesús acaba de publicar una carta pastoral. A la antigua usanza. Y espléndida. Se titula La luz brilla en la tiniebla. Magisterio puro. Y en un lenguaje accesible a todos. Como lo es él.
Os recomiendo a todos su lectura. Supongo que estará ya en la página web de la diócesis. Si no, estará mañana o pasado mañana. Nos asegura que existe esa luz y que tenemos que ser luz. Es una pastoral animosa y esperanzada. Para los días recios de hoy. Comprometida y comprometedora. O somos luz o no somos nada.
Don Jesús, ojalá todos sus hermanos nos encaminen a Dios como usted. Yo, después de leerla, agradecido, sólo puedo decirle: Enhorabuena. Por su magnífica pastoral. Y enhorabuena también a Ávila por tener un pastor como Don Jesús García Burillo. Que Dios os lo conserve muchos años. Y si la Iglesia pensara para él otros destinos, menudo premio gordo de la lotería les habría tocado a esos destinos.