JESUS NO SE LLEVO MUY BIEN NI CON EL TEMPLO NI CON LOS DEL TEMPLO





01. JESÚS Y EL TEMPLO.
Jesús no tuvo muchas ni muy buenas relaciones con el Templo y con el sistema religioso-económico del mismo.
El encuentro de Jesús con el sistema del Templo es un tanto agresivo: les vuelca las mesas, el negocio.
Los evangelios sinópticos sitúan este hecho pocos días antes de la detención, pasión y muerte de Jesús. Históricamente bien pudo ocurrir en este momento final de la vida de Jesús. Sin embargo Juan, cuya versión hemos escuchado hoy, presenta este encontronazo de Jesús con el Templo de los judíos al comienzo de su Evangelio, en el cp. 2. Con ello la tradición joánica está diciendo dos cosas:
a. Que Jesús desde el principio y por principio está enfrentado al sistema religioso judío.
b. Se nos dice también en esta tradición joánica que Jesús desde el comienzo está condenado a muerte. Ponerse contra el poder lleva a la muerte.













02. LA PASCUA, PERO DE LOS JUDÍOS. ALGUNOS DATOS.

Según el evangelio de San Juan, Jesús adulto conoció y celebró tres Pascuas, (Jn 2,13; 6,4; 11,55). Lo cual significa que -según San Juan- la actividad pública de Jesús habría durado unos tres años.
La celebración de la Pascua era recordar y celebrar el Éxodo y la libertad, la tierra de promisión.
San Juan, con la ironía que le caracteriza, habla siempre de la Pascua de los judíos, que no es la Pascua del Señor. Ya no es la celebración del Éxodo, de la libertad, sino que la Pascua era para los judíos -como para nosotros- la comercialización de la Navidad, de Semana Santa, el día del padre o de San Valentín. Esas son las “Pascuas de los judíos”: comerciales, rentables, pero nada evangélicas.
Algunos datos:
Por Pascua se acercaban a Jerusalén más de 100.000 personas. Por Pascua se sacrificaban alrededor de 18.000 corderos-ovejas. El negocio del Templo estaba, pues, asegurado durante la Pascua y fuera de ella.



DOS CONSIDERACIONES:

02.1 El Templo y la religión pueden llegar fácilmente a convertirse en un mercado. Toda realidad buena se pervierte cuando es usada como instrumento de poder o de comercio, que -más o menos- es lo mismo.
Son cuestiones delicadas, pero es triste que se trate de volver a cobrar los aranceles por los “servicios religiosos”, incluso algunas cuestiones como las indulgencias llevan una componente económica teológicamente poco clara y económicamente turbia, ¿estipendios por las Misas?
Es más humano y cristiano ser pobre que ser vendedor del Templo.

02.2 El Templo y lo religioso pueden convertirse también en un mercado en sentido figurado, pero real. Las religiones, también la católica, tienen mucho peligro de convertirse en el lugar de “compraventa” de Dios y sus beneficios, cuando en realidad el Dios de Jesús es amor y el amor es gratuito. Dios es de balde, gracia, gratitud. ¿Se vende lo gratuito? ¿Se vende la gracia?

03. A DIOS SE LE ADORA EN ESPÍRITU Y EN VERDAD (Jn 4,19.20.21.23ª).
Cuando llegue el Mesías, no habrá ningún comerciante en el Templo, había anunciado el profeta Zacarías (Zac 14,21).
En el largo diálogo entres Jesús y la mujer samaritana (Jn 4), ésta le pregunta a Jesús: ¿dónde hay que adorar a Dios: aquí en el templo de Garizím (Samaria) o en Jerusalén? Jesús le responde con gran potencia: A Dios no se le adora en ningún Templo, sino en espíritu y en verdad.
El culto que agrada a Dios no es el de los ritos y sacrificios, sino la honradez y honestidad en la vida: Misericordia quiero y no sacrificios, (Mt 9,13);
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. (Salmo 50,18-19).
Hoy en día llama la atención el restauracionismo de lo sacral en los templos, en las liturgias: campanillas, bandejas, lavabos, inciensos, roquetes y ornamentos, etc.
El Templo y el culto cristiano es ante todo el ser humano: ¿No sabéis que sois Templos del Espíritu? (1Cor 3,16). Templo de Dios es el Universo, la vida, la bondad y compasión.
El culto cristiano es la limosna, la comprensión, acogida y ayuda al débil, al refugiado.









04. LOS TEMPLOS SON ÚTILES, PERO NO ABSOLUTOS
Al comienzo los cristianos se reunían en sus propias casas. Probablemente por necesidades sociológicas fueron surgiendo en la historia templos de diversos estilos arquitectónicos: desde la basílica romana, al románico, el gótico, el renacimiento, el barroco, hasta Meier o Moneo. Cada estilo subraya alguna perspectiva antropológica y teológica.
Pero creo que el estilo y el culto cristiano es otro y es otra cuestión:
A Dios no se le encuentra ni se le adora en la sacralidad de las piedras, del cemento o de las relaciones religiosas, sino que a Dios se le encuentra en las relaciones humanas, en la laicidad de las relaciones humanas.
Señor,
¿quién puede vivir en tu Templo?
¿Quién puede habitar en tu santo monte?
Solo el que vive sin tacha y hace lo bueno;
el que dice la verdad de todo corazón;
el que no habla mal de nadie;
el que no hace daño a su amigo
ni ofende a su vecino;
(Salmo 15)

A la casa del Padre vamos todos: pecadores, publicanos, Zaqueos, Magdalenas, hijos pródigos. (Y estamos muchos en la historia).
El Templo lo hace el espíritu y talante (espíritu y verdad) con el que nos reunimos los que acudimos él. Tienes una familia cuando acoges y eres bien acogido y querido, no cuando compras un piso (Templo).

05. EL TEMPLO ES LA VIDA, EL CULTO LA MISERICORDIA
Destruid este Templo y lo reconstruiré. La Resurrección, la vida, es el cumplimiento del designio de Dios. El Templo es la vida, el Universo de Dios.
Jesús hablaba del templo de su cuerpo, que es lo que celebramos en la Eucaristía: la presencia de Cristo en medio de nosotros.




Volver arriba