Renovarse

Compruebo con satisfacción que RD se ha renovado. Aquí no se trataba de “renovarse o morir”, porque RD está bien viva. De lo que se trata es de mejorar y progresar. Esperemos que esta renovación en las formas, contribuya a un aumento de sus ya muchos lectores. Y no digo que contribuya a una mejora de los contenidos de los blogs, aunque eso siempre es deseable. Pues los blogueros siempre tratan, tratamos de dar lo mejor que tenemos.
El conductor de un programa de televisión, que mezcla la ironía con el humor, suele acabar su espacio con palabras parecidas a estas: mañana más, pero no mejor, porque mejor es imposible. Con el mismo buen humor, digo que de todos los trabajos, sobre todo de aquellos que tienen repercusiones en las demás personas, debería poder decirse algo parecido: lo hemos hecho lo mejor que hemos sabido, por tanto mañana haremos más, pero mejor no es posible porque siempre damos lo mejor. En la misma línea va este otro dicho sobre el amor: “hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana”. Es un modo de decir que el buen amor no es de más o de menos, el buen amor da todo, aunque haya distintos modos de dar. El que ama, nunca ama menos. Por eso el dicho no significa que ayer te quisiera menos que hoy. Lo que quiere decir es que el amor siempre se renueva y, por eso, siempre parece nuevo y mejor.
Mi blog trata de cuestiones eclesiales, pastorales y teológicas. Ese es un terreno en el que todos se consideran entendidos. En cierto modo es verdad. Pero en estas cuestiones el “entendimiento” está casi siempre condicionado por la subjetividad, por los propios intereses, por los gustos. Es comprensible, porque se trata de cuestiones vitales. Pero eso no debe hacernos perder la perspectiva. En cuestiones eclesiales la buena información es absolutamente necesaria a la hora de emitir un juicio sensato. Y, en cuestiones religiosas y teológicas la formación es imprescindible. No basta la oración.
Hoy, a mi modo de ver, hay bastante desinformación y bastante incultura en estos terrenos. Muchos se suelen guiar más por la pasión que por la cabeza. Peor aún, en estas cuestiones muchas valoraciones y juicios están marcados por el emisor. Según el grado de simpatía o antipatía que profeso a quien informa u opina, tomo el informe o la opinión por válida o por indeseable. En estos terrenos se trata siempre de la verdad. Y la verdad, decía Tomás de Aquino, la diga quién la diga, siempre procede el Espíritu Santo. Aunque la diga el diablo.
Suerte a RD en esta nueva etapa. Hoy es más necesaria que nunca una información veraz, una opinión fundamentada y una exposición creíble. Cuanta menos polémica y mayor serenidad, mayor credibilidad.