"El camino en Cristo es un morir a uno mismo constantemente" El hombre nuevo en Cristo conducido en la vida interior de la gracia

El hombre nuevo en Cristo
El hombre nuevo en Cristo

"La vanidad será siempre una de las tareas con las que debemos trabajar para superar y que no nos atrape en su seducción tentadora"

"¿Es posible esta vida interior en Cristo que nos dé una mirada de trascendencia que nos haga superar la esclavitud del pecado de vanidad?"

"Es el amor de Cristo que se hace morada en nuestro interior y nos hace experimentar una fe llena de esperanza"

El hombre lucha en los afanes cotidianos, tiene que ganar el pan con sus trabajos y fatigas. La vanidad lo mueve siempre en lo exterior. Sufre cuando la vida exterior no le da el reconocimiento que desea para ser siempre el, como bien nos ubica este domingo la primera lectura del Qohelet.

El camino en Cristo es un morir a uno mismo constantemente; podemos afirmar que es una conversión continua, para buscar las cosas trascendentes de arriba, como nos recuerda este domingo la carta a los colonenses

Sin embargo la mirada del hombre interior, desde la experiencia del don de Cristo, sabe reconocer la belleza de Cristo que lo llena todo con el don de la vida de la gracia que nos comunica.

Caminar juntos
Caminar juntos

Aprendemos una ruta diferente para conducirnos, el cristiano puede parecer extraño para vivir en la tierra desde Cristo y a la manera de Cristo, como ya San Pablo nos recuerda somos extranjeros en nuestro peregrinar terreno.

La vanidad será siempre una de las tareas con las que debemos trabajar para superar y que no nos atrape en su seducción tentadora.

El hombre viejo es aquel no ha experimentado la belleza del esplendor en Cristo y, que se le hace muy difícil desprenderse del hombre que busca la idolatría , la avaricia , la fornicacion, etc. Es decir, el hombre que se busca siempre a sí mismo y que los demás son la medida para servir, solo, a sus egoísmos.

Difícil es para el ser humano esta ruta de trascendencia y desprendimiento, una ruta que nos hace vivir en mayor libertad desprendida que nos lleva a sentir esa plena felicidad en Cristo.

Nos podemos preguntar: ¿es posible esta vida interior en Cristo que nos dé una mirada de trascendencia que nos haga superar la esclavitud del pecado de vanidad?

Jesucristo

Podemos afirmar que si es posible desde Cristo y con Cristo. El bautizado que ha recibido la vida en Cristo en el baño bautismal, experimenta continuamente esa presencia viva de Cristo en su interior, que lo configura como un hombre nuevo. Le hace descubrir que Cristo habita y palpita en su interior.

Es una belleza plena de felicidad que se descubre y vive en Cristo.

No son nuestros esfuerzos, aunque sean de gran valor en el servicio que se realiza, sino que es Cristo quien se da, como aquella parábola donde los trabajadores que fueron a trabajar en diferentes tiempos en la jornada , recibieron el mismo denario.

Es el amor de Cristo que se hace morada en nuestro interior y nos hace experimentar una fe llena de esperanza.

Abramos nuestro corazón al don de todos los dones, a Cristo, nuestra vida plena.

Jesucristo

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