Liturgia del 16º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

Marta y María
Marta y María

16º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

Reflexión mínima:


Si escucháramos más a los pies de Jesús y bailáramos menos con rutinas estereotipadas y anticuadas, tendríamos liturgias vivas y movilizadoras.


Qué poco Evangelio hemos encarnado y cuánta armadura impuesta nos hemos enfundado.


Y, aún peor, los que construyeron la armadura probablemente ya no existen. Lo que significa que hemos perdido el reloj y con él "los signos de los tiempos".


Querer embalsamar el Espíritu y enjaularlo, es un ejercicio totalmente necio, contrario al Evangelio. La vida cristiana exige algo más que cocinar las viandas y lavar los platos con Marta. Elegir los alimentos para la gente de hoy es prioritario. "Apacienta mis corderos", significa justamente ALIMENTA. Pero "dar sopas con honda", por muy sagrada que se declare la sopa o la honda, es una necedad milenaria e inútil.


La gente ni quiere sopa, ni siquiera abre la boca. A muchos les produjo disentería y salieron corriendo.


Empezamos:


El amor permanente y entrañable de Dios Padre que nos habita y nos sostiene, la presencia luminosa de Jesús resucitado su luz y el impulso de su espíritu ESTÁ con todos vosotros

Y con tu Espíritu


MONICIÓN DE ENTRADA 


Bienvenidos, de corazón, todos en este domingo de la hospitalidad. Es sorprendente cómo personas humildes pueden ser con frecuencia muy hospitalarias. Ofrecen a sus huéspedes comida, bebida y acogida con una generosidad ejemplar.


¿Somos nosotros acogedores para el huésped, para el extraño? Abramos nuestras puertas y nuestros corazones. Es Jesús mismo quien viene a nuestro hogar. San Benito aconsejaba a sus monjes: “Viene el huésped, viene Cristo; acójanle”. Seamos atentos para con él. Y recordemos lo acogedor que es Jesús para con nosotros, precisamente aquí, en la Eucaristía.

ACTO DE RECONOCIMIENTO


Jesús es nuestro huésped permanente, pero al mismo tiempo es el que nos recuerda que  Dios Padre nos ha dado los dones y cualidades que tenemos, para que nosotros también las pongamos al servicio de los demás en la acogida y en la hospitalidad. Por eso ahora al comenzar esta celebración le damos gracias por ellas y nos comprometemos a ponerlas al servicio del bien común


Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:

Nos comprometemos Señor


Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.

Nos comprometemos Señor


Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:

Nos comprometemos Señor


Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.


GLORIA


Gloria a Dios en el cielo….

Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...

Tú que quitas el pecado del mundo,  TÚ atiendes nuestras súplicas

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,  TÚ tienes piedad de nosotros


ORACIÓN COLECTA


Señor, en este Evangelio,

aparecen dos hermanas:

MARTA, servicial, nerviosa,

MARÍA, a tus pies, sentada.

Las dos son amigas tuyas

y te han abierto su «casa».


Representan el «servicio»

y «escucha de tu Palabra».

Ante las quejas de Marta,

inquieta y preocupada

por muchas cosas, Tú dices

que «una cosa es necesaria».


Primero: Oír tu Palabra

y después ponerla en práctica.

Si se seca el manantial,

la fuente llora, sin agua.


Señor, dentro de nosotros,

luchando por ver quién manda,

conviven las dos hermanas,

cruzándose las miradas.


A veces, el «activismo»

nos esclaviza, nos marca.

Al fallar el otro remo,

no navega nuestra barca.


En nuestra oración, Señor,

hoy, deseamos dos gracias:

«el corazón» de María

y «las dos manos» de Marta.

Lectura del libro del Génesis (18,1-10a):


En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:


«Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo».


Contestaron:

«Bien, haz lo que dices».

Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:

«Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas».


Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían.


Después le dijeron:

«¿Dónde está Sara, tu mujer?».

Contestó:

«Aquí, en la tienda».

Y uno añadió:

«Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre Sara habrá tenido un hijo».

Palabra de Dios


Salmo 14


R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?


V/. El que procede honradamente

y practica la justicia,

el que tiene intenciones leales

y no calumnia con su lengua. R/.


V/. El que no hace mal a su prójimo

ni difama al vecino,

el que considera despreciable al impío

y honra a los que temen al Señor. R/.


V/. El que no presta dinero a usura

ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra nunca fallará. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,24-28):


Hermanos:

Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.


Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas (10, 38-42):

R/Gloria a ti, Señor


En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».

Respondiendo, le dijo el Señor:

«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

Palabra del Señor

R/Gloria a tí Señor Jesús

HOMILÍA

Prescindiendo de las diversas interpretaciones que se han hecho y se hacen de este pasaje; principalmente haciendo referencia a la contemplación y a la acción en la vida cristiana, muchas veces contraponiéndolas y dándole más importancia a una que a otra. Lo cual es una manipulación interesada. Vamos a fijarnos en dos aspectos muy importantes del pasaje.

“María sentada a los pies de Jesús ESCUCHABA SU PALABRA” Aquí está lo principal: Escuchar la palabra. Todos los seguidores de Jesús, no solamente los "contemplativos profesionales", tenemos que atender a "lo único absolutamente imprescindible", que es escuchar la Palabra. Absolutamente imprescindible porque escuchar la palabra es el alimento, el agua. Sin eso, no hay vida espiritual. Jesús mismo se define como Palabra, que es Agua viva venida del cielo, que es maná dado por el Padre.

Este evangelio nos invita por tanto a reflexionar sobre la fuente misma de nuestra vida cristiana. El itinerario interior del que sigue a Jesús se resume en: atender constantemente a la Palabra, dejarse guiar por la Palabra, ponerla en práctica.

Como aplicación práctica para nuestra vida, debemos hacer dos reflexiones: la enorme responsabilidad de los sacerdotes que en las homilías dominicales tienen la misión de presentar la Palabra; la enorme urgencia que tenemos todos los que queremos seguir a Jesús, todos los cristianos: Conocer a Jesús en los evangelios, dedicar un tiempo a orar, no a pedir, sino a escuchar.

La oración de impregnación: entrar en nuestro interior cada día y descubrir ahí “la fonte que mana y corre” (como decía S. Juan de la Cruz), la presencia de Dios constantemente dentro de nosotros.

Deberíamos ser insaciables en nuestra dedicación a conocer a Jesús, a contemplarlo: es eso lo que puede transformar nuestras vidas, ése es el grano de mostaza, la levadura que ha de fermentar la masa.

Y aquí, no podemos menos que subrayar esta grave carencia del pueblo cristiano: Orar hacia dentro, que no es pedir, sino bañarse en todo lo bueno que ya tenemos dentro y que no es otra cosa que el mismo Dios y su Palabra encarnada.

Muchos cristianos piden mucho y escuchan poco, entre otras causas porque no les hemos enseñado a orar. Escuchar la Palabra, entender el mensaje, masticarlo, asimilarlo. Contemplar a Jesús, para que se nos vaya metiendo dentro y sea levadura que nos vaya cambiando desde dentro.

Muchos dicen: "no tengo tiempo". No es verdad. "No tengo tiempo" significa, simplemente, "otras cosas me importan más". Si no tenemos tiempo para orar,  significa que despreciamos “los tesoros que llevamos dentro” (lo dijo Jesús en varias parábolas) para caminar por la vida con fuerza, luz y libertad, que no valoramos el despertador de la Palabra que  se nos ha regalado para iluminarnos y  fortalecernos. Por eso andamos cansados, desorientados e incluso deprimidos.

Preguntémonos hoy: ¿Cuánto tiempo dedico a lo largo del día a orar? ¿Leo y medito el Evangelio todos los días? ¿Tengo el libro de los Evangelios en mi casa?

Y la segunda consideración a la luz del evangelio de hoy: Un tema muy actual, el de la mujer.

“Sentada a los pies de Jesús escuchaba su palabra”. María, la hermana de Lázaro, está allí como discípula

Quizás sea el relato más subversivo de todo el evangelio,  porque trastoca todos los valores en que estaba fundada la sociedad de la época. Algunos dichos rabínicos nos dan una pista de lo que pensaban de la mujer: “El que enseña la Torá a una mujer, le enseña necedades”. “Mejor fuera que desapareciera en las llamas la Torá, antes de ser entregada a la mujer”. “Maldito el padre que enseña a su hija la Torá”.

Es una manifestación del desprecio que sentían por la mujer, convertida solo en servidora, en un ser humano de segunda clase.

La actitud de Jesús es totalmente contraria. No solo permite que María esté a sus pies aprendiendo, sino que la pone de ejemplo ante la actitud tradicional de la hermana.

La mujer tiene que crecer, como todos los seres humanos. Tiene que descubrir que humanizarse es más importante que todas las tareas externas. 

Jesús invita a las mujeres a desarrollar sus valores espirituales. La actitud de María es destacada y bendecida por Jesús. 

Y en otra ocasión, Jesús responde a la mujer que le hizo una alabanza: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron". Pero él responde: "Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen".

Esta actitud de Jesús para con la mujer se manifiesta también en otros muchos lugares del evangelio. El comportamiento de Jesús con la mujer está completamente libre de misoginia o antifeminismo.

Ni asomo de miedo al sexo o machismo, ni siquiera paternalismo. Los evangelios nos dicen que en el grupo de seguidores había también mujeres. Los relatos de la mujer adúltera, la pecadora, la Magdalena, la Cananea, la Hemorroisa, nos indican esa preocupación constante por la mujer, que en su tiempo estaba completamente marginada. 

Lástima que esa actitud de Jesús haya quedado relegada al olvido en la Iglesia que sigue manteniendo, después de dos mil años, una ideología machista, aunque el Papa Francisco haya dado grandes pasos para valorar a la mujer.

El Concilio Vaticano II rechazó toda forma de discriminación por razón de sexo como contraria al plan de Dios; pero a renglón seguido nada de eso se respetó y se siguió discriminando a la mujer, quedó relegada poco más que a la limpieza y cuidado de los trapitos en las iglesias.

Por eso es hora de superar un patriarcado ciego e inconsciente, incluso fanático.  Si la mujer hubiera tenido algo que ver en las decisiones de la Iglesia, no se habrían cometido tantas barbaridades.

No es que el cristianismo haya incrementado la marginación de la mujer, pero sí ha mantenido actitudes ancestrales que habían sido superadas por Jesús. Lo que los cristianos hemos hecho con la mujer no es solo mantener una mala costumbre. Con el evangelio en la mano podemos afirmar que es una injusticia en toda regla. Contra esa injusticia no sólo tienen que manifestarse las mujeres, tenemos que apoyar todos. Y no por hacer un favor a la mujer, sino porque es un despilfarro de energías prescindir de un plumazo de más de la mitad de los miembros de la Iglesia a la hora de buscar soluciones a nuestros problemas.

CREDO


Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?

Todos. Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?

Todos. Sí, Creemos.

ORACIÓN UNIVERSAL


La Palabra de hoy nos recuerda que la invitación es a vivir a los pies de Jesús: en las tareas de cada día, como en la oración, desde Jesús que nos habita. Oremos.


Queremos aunar vida interior y misión


• Queremos una Iglesia que sea escuela de vida interior y vida misionera; que acierte a conjugar oración y acción; que sea invitación a conectarnos con el Dios que nos habita.


Queremos aunar vida interior y misión


• Queremos creyentes que escuchen, que acojan, que sirvan, que cuiden la Vida que nos habita, que vivan el silencio y desde ese silencio se den en la misión junto a los más desfavorecidos de este mundo.


Queremos aunar vida interior y misión


• Queremos líderes políticos implicados en la búsqueda del bien de los pueblos, creando puentes de entendimiento que favorezcan la paz, la justicia, la libertad y la dignidad de todo ser humano.


Queremos aunar vida interior y misión


• Queremos familias que sean núcleos donde el cuidado de unos con otros sea lo de cada día, donde las relaciones ofrezcan oportunidades de crecimiento personal y donde sea el amor el pilar fundamental que todo lo sostiene.


Queremos aunar vida interior y misión


• Queremos maestros, hombres y mujeres de silencio, que nos enseñen el camino del silenciamiento personal, para vivir conectados por dentro, para vivir en paz, con pausa interior, en armonía.


Queremos aunar vida interior y misión


Necesitamos dedicar un tiempo diario a hacer silencio para escucharnos, para sintonizar con el Ser que somos, para aprender a escuchar las alegrías y tristezas de nuestro mundo. Gracias por la vida de nuestro Maestro Jesús: vida de silencio y oración, de tarea y misión. Que vive por los siglos de los siglos. Amén


En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso


El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…

ORACIÓN OFRENDAS


Junto con el pan y el vino te ofrecemos, Señor, otros signos de cálida acogida, y que simbolizan nuestra alegría, y son fruto de nuestro trabajo. El esfuerzo y el trabajo de las personas acogedoras; la alegría y la esperanza de las personas acogidas. Estos trabajos y estas alegrías te las ofrecemos con Jesús, el mejor amigo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, y es Dios por los siglos. Amén

PREFACIO


El Señor está con vosotros  

Y con tu Espíritu

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor

Damos gracias al Señor nuestro Dios

Es justo y necesario


Te damos las gracias, Señor,

por este mundo que nos has regalado,

por los campos, los ríos y mares

que proporcionan al hombre

trabajo y alimentos para su sustento.


Te damos las gracias, Señor,

porque sigues amando al mundo

y a todos sus habitantes.

Un día, nos enviaste a tu Hijo-Jesús

que vivió entre nosotros y fue acogido

por los pobres y sencillos.

Tú nos enseñas a acoger al hermano

y ayudarle como si fueras Tú mismo.


Unidos a todas las personas buenas,

a los santos que viven en el cielo,

y a toda la creación, entonamos en tu honor

un himno de alabanza, diciendo 

SANTO, SANTO, SANTO


CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA


SANTO eres en verdad, Padre,

y con razón te alaban todas tus criaturas,

ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,

con la fuerza del Espíritu Santo,

nos das Vida y santificas todo.


Congregas a tu Pueblo sin cesar,

para que ofrezca en tu honor esta OFRENDA

desde donde sale el sol hasta el ocaso.


Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino

y se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús,

en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.


Porque Él mismo,

la noche en que iba a ser entregado,

habiendo amado a los suyos

que estaban en el mundo hasta el extremo,

mientras cenaba con sus discípulos,

tomó un pan, y dando gracias te bendijo,

lo partió y lo repartió a sus discípulos, diciendo:


Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi cuerpo,

que será entregado por vosotros.


Del mismo modo, acabada la cena,

tomó el cáliz,

y, dándote gracias de nuevo,

lo pasó a sus discípulos, diciendo:


Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi sangre,

sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

haced esto en conmemoración mía.


Este es el sacramento de nuestra fe.

Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.


Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial

de la ENTREGA de Jesús,

de su admirable resurrección y ascensión al cielo,

mientras esperamos su venida gloriosa,

te ofrecemos, en esta acción de gracias,

TODO lo que somos y tenemos.


Tú diriges tu mirada sobre esta OFRENDA de tu Iglesia

y reconoces en ella nuestra adhesión a Jesús,

que vino a revelarnos tu rostro

de verdadero Padre, que nos ama sin límite.


Nos unimos en este sacramento al Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,

que se entregó por nosotros para dejarnos su ejemplo de Vida.

Y nos abrimos de todo corazón a tu Espíritu Santo

para ser iluminados y fortalecidos en el seguimiento de Jesús, tanto individual como colectivamente.

Y así, unidos como hermanos,

formemos con Cristo un solo cuerpo

y un solo espíritu.


Él nos transforma en verdaderamente humanos

en nuestro diario caminar hacia tu Heredad,

donde seguiremos alabándote 

junto con tus elegidos,

con María, la Virgen Madre de Dios y madre nuestra, su esposo san José,

los apóstoles y los mártires,

y todos los santos,

que nos precedieron en el camino hacia Ti.


Te ofrecemos, Padre, nuestro compromiso de adhesión a Jesús,

que ratificamos en esta celebración,

para que contribuya a la Paz y

la Humanización del mundo entero.


Confirmamos nuestra lealtad con esta tu Iglesia,

que peregrina en la Tierra,

fortalecida por nuestra fe y caridad.


Nos unimos a TODOS tus hijos de este Pueblo,

iluminado y fortalecido por Jesús,

junto con sus servidores: el Papa León

nuestro Obispo N…,

el orden episcopal, los presbíteros y diáconos.


Tú atiendes los deseos y compromisos

de esta Familia,

que has congregado en tu presencia

en este domingo, día en que Cristo

venció a la muerte.


Él nos ha hecho partícipes de su Sabiduría y Fortaleza

para que imitemos su ejemplo

en el camino hacia tu Heredad eterna.


Te damos GRACIAS porque nuestros

hermanos difuntos…, familiares,

amigos y miembros de nuestra Comunidad,

tras su maduración en este mundo,

ya disfrutan contigo en tu casa del Cielo.


Queremos ser parte del Reino interior,

que tu Hijo nos reveló,

y extenderlo a nuestro mundo

para que podamos gozar TODOS de tu felicidad eterna, junto con Cristo, Señor nuestro,

por quien concedes al mundo todos los bienes.


Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén

PADRENUESTRO


PADRE Y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.


TÚ NOS DAS HOY 

NUESTRO PAN DE CADA DÍA.

TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

A LOS QUE NOS OFENDEN.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen

CORDERO DE DIOS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.

ORACIÓN FINAL


Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que tu voluntad se cumpla en mí, y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre. 


Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque te amo. Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre. Amén.


BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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