La muerte de los pueblos indígenas es algo anunciado ante la falta de atención del gobierno Mons. Roque Paloschi: "Las tierras indígenas están siendo depredadas, y la omisión del estado es una vergüenza”

Encuentro virtual sobre los impactos del COVID-19 en las comunidades tradicionales
Encuentro virtual sobre los impactos del COVID-19 en las comunidades tradicionales

"Es un escenario triste, porque no tenemos nada más que dolor, ante la inercia del gobierno, su complicidad en el desmantelamiento de los derechos constitucionales, especialmente en relación con la invasión y la depredación de los territorios"

Estas realidades exigen "que las organizaciones indígenas y sus aliados sigan denunciando a nivel nacional e internacional esta práctica de muerte, de genocidio que está ocurriendo aquí en el país, todo con el respaldo y legitimado por el discurso y la postura del presidente de la república"

Ante la muerte de muchos ancianos indígenas como resultado del coronavirus, el presidente del CIMI los define como "libros vivos del pueblo, una biblioteca del pueblo, y la muerte de estos guerreros y guerreras es un signo de pérdida, de empobrecimiento de las tradiciones de los pueblos"

Encuentro virtual CNBB
La pandemia, como está ocurriendo en todo Brasil, también está afectando a los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales. Ante esta realidad, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil - CNBB, dentro de la campaña "Es hora de cuidar", organizó otra reunión virtual, como viene haciendo todos los martes, con el tema "Los impactos del COVID-19 en las comunidades tradicionales".

Mediada por Manuela de Castro, asesora de comunicación de la CNBB, quien enfatizó que se trata de poblaciones vulnerables, especialmente en una crisis como la que estamos viviendo, los invitados fueron Monseñor Roque Paloschi, arzobispo de Porto Velho y presidente del Consejo Indigenista Misionero - CIMI, José Jardel, de la Coordinación Colegiada de Caritas Nordeste 3, y Risoneide Gomes da Silva, de la Pastoral de Pescadores de Bahía y Sergipe.

Según Monseñor Roque Paloschi, "el momento de la pandemia revela una situación que siempre se ha conocido en relación con la precariedad de los pueblos originarios". Insistió en la difícil situación en la que viven estos pueblos, "esta pandemia mostró el caos que se experimenta en la sanidad, en materia de políticas públicas, de atención a los pueblos amazónicos". Una situación que, según el presidente del CIMI, "está empeorando cada vez más, también en las periferias de las ciudades medianas y grandes". Informa que el actual "es un escenario triste, porque no tenemos nada más que dolor, ante la inercia del gobierno, su complicidad en el desmantelamiento de los derechos constitucionales, especialmente en relación con la invasión y la depredación de los territorios".

Monseñor Roque Paloschi

En vista de esto, el arzobispo de Porto Velho, "exige la presencia y la acción efectiva del gobierno en las comunidades de la Amazonía, ayudando a superar este tiempo, evitando muchos contactos innecesarios, si huvbera una política dirigida a satisfacer las necesidades básicas". Incluso reconoce las "muchas iniciativas en este campo de solidaridad, pero son pequeñas señales ante una gran urgencia". Esta situación exige políticas públicas, según Roque Paloschi, quien considera fundamental la lucha por la expansión y el fortalecimiento del Sistema Único de Salud – SUS.

Recordando la celebración del quinto aniversario de Laudato Si y la semana del medio ambiente, el arzobispo insiste en que "tenemos un planeta enfermo y las enfermedades están proliferando cada vez más", lo que según él exige la "necesidad de una relación respetuosa y armoniosa con la Creación". Algo de lo que no tiene presente el gobierno brasileño, "que tiene el deber de preservar lo que dice la Constitución", ya que, según Monseñor Roque, "está pasando el tractor por encima de todo", denunciando que "en relación con los pueblos originarios, no se puede dejar pasar al ganado, como dijo el Ministro de Medio Ambiente, es necesario luchar, porque los derechos, además de ser constitucionales, son derechos originales y naturales de un pueblo que ha vivido aquí durante ocho, diez, doce mil años".

Monseñor Paloschi destaca la lucha del CIMI, de la Iglesia, que con el Sínodo asumió esta alianza con los pueblos originários. Tomando el ejemplo de lo que está sucediendo en la tierra yanomami, en Roraima, donde se estima que hay 20,000 mineros de oro ilegales, el arzobispo denuncia que "todas las tierras indígenas están siendo invadidas, depredadas, por la minería, los madereros". Afirma que "la omisión del estado brasileño es una vergüenza nacional e internacional". Un ejemplo de esto es la tierra indígena Karipuna, en el municipio de Porto Velho, que, según su arzobispo, "la sombra de los edificios de la Fiscalía llega a la tierra indígena, pero está siendo ocupada, destruida y no pasa nada".

Buscadores de oro en la tierra indígena yanomami

Estas realidades exigen "que las organizaciones indígenas y sus aliados sigan denunciando a nivel nacional e internacional esta práctica de muerte, de genocidio que está ocurriendo aquí en el país, todo con el respaldo y legitimado por el discurso y la postura del presidente de la república", insiste. Monseñor Roque. Esto significa que en el CIMI, "tenemos las manos atadas, tratamos de caminar con las comunidades indígenas, no para protegerlas, tratamos de hacerlas sujetos de su propia historia y construir el camino". Él recordó una carta de Moseñor Aldo Moggiano, recientemente fallecido, a la edad de 100 años, quien, siendo obispo de Roraima, dijo: "los pueblos indígenas necesitan construir su propio camino, porque ninguna solución que viene del exterior es saludable para el destino de los pueblos indígena".

"Nuestra patria está contemplando la desaparición de nuestros pueblos originarios, algo que ha estado sucediendo desde la llegada de los primeros colonizadores", según Monseñor Roque. Aun así, el arzobispo dice que "soñamos que es posible luchar para preservar la dignidad de todos los pueblos, especialmente los primeros habitantes de esta Tierra de Santa Cruz". Las palabras del Papa Francisco en Laudato Si, donde dice que la desaparición de una especie vegetal o animal, es un empobrecimiento para el mundo, para la Creación, y mucho más la desaparición de un pueblo o pueblos, como hemos estado viendo en Brasil, ayudan a entender la realidad del país, en opinión del arzobispo.

Ante la muerte de muchos ancianos indígenas como resultado del coronavirus, el presidente del CIMI los define como "libros vivos del pueblo, una biblioteca del pueblo, y la muerte de estos guerreros y guerreras es un signo de pérdida, de empobrecimiento de las tradiciones de los pueblos". Roque Paloschi habló del encuentro del Papa Francisco con los pueblos indígenas durante el Sínodo para la Amazonía. En ese momento, una señora le preguntó sobre cómo educar a sus hijos en un momento en que la tecnología está llegando a todos los rincones del mundo, y el Papa respondió, recordó Monseñor Roque, "contacto con los abuelos, contacto con los ancianos, colocar a los niños en contacto con los ancianos". Es por eso que el arzobispo ve su pérdida como "un empobrecimiento de los pueblos, es una laguna que se abre".

El Papa Francisco con los indígenas del Sínodo

Su preocupación aumenta por el hecho de que "es una pena saber que estas muertes ya están anunciadas, ya están previstas, porque no hay una acción efectiva por parte del gobierno para cuidar a los pueblos más vulnerables". Por esta razón, señala que "la solidaridad es importante, pero el problema se resuelve con políticas públicas, que es de donde vienen la justicia y el progreso". El arzobispo, recordando Populorum Progressio, enfatizó que "las personas no pueden depender solo de la solidaridad, deben ser sujetos de su propia historia y construir su camino".

La realidad de los pueblos indígenas, especialmente en la Amazonía, también afecta a otras comunidades tradicionales. En este sentido, José Jardel, partiendo de la realidad de los quilombolas y ribereños del río San Francisco, en Sergipe, habló sobre la difícil situación para las comunidades que han estado resistiendo durante siglos, cada vez con mayores problemas para sobrevivir. Informó que "la mayoría vive de la agricultura, vendiendo en ferias, lo que ahora no es posible", denunciando que "el gobierno es el enemigo de las comunidades tradicionales". Muchas comunidades están siendo invadidas por personas que se dicen propietarias del territorio, por aliados del poder público, según el miembro de la Coordinación Colegiada de Caritas Nordeste 3, que informa sobre el derribo de cercas y casas.

Frente a esta realidad, en este momento de pandemia en que vivimos, José Jardel destaca las "muchas muestras de solidaridad entre ellos, de unión para defender sus derechos y superar esta época". Denuncia la falta de asistencia del poder público, que recibió fondos para esto. Al mismo tiempo, dice que "no podemos acompañarles físicamente, pero nos damos cuenta de que todavía son resistentes y luchan por lo que es suyo". Esto le lleva a esperar "que tengamos esperanza y que estemos firmes en nuestro caminar, que podamos seguir haciendo más y más, creyendo en el Evangelio y buscando la verdad y la justicia".

José Jardel

Una situación similar a la de los quilombolas está presente en la vida de los pescadores, que también sufren, debido al cierre de las ferias, la dificultad de comercializar pescado, como reconoce Risoneide Gomes da Silva, de la Pastoral de los Pescadores de Bahía y Sergipe. Denuncia la falta de atención médica en las comunidades pesqueras, donde comienzan a aparecer casos de contagio. Frente a esto, las comunidades están tratando de organizarse para superar la pandemia. Entre estas iniciativas, informa la creación de un observatorio para recopilar datos y dar visibilidad a esta realidad de los pescadores, transformándola en propuestas de políticas públicas.

Frente a las amenazas sufridas por las comunidades pesqueras, Risoneide destaca las iniciativas de solidaridad, en un intento de buscar soluciones entre ellas y con los demás. Por eso, "en este momento de pandemia, la solidaridad es muy importante, porque sabemos que hay comunidades que se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad", enfatiza la representante de la Pastoral de Pescadores de Bahía y Sergipe.

Live-Questão-Indígena

Volver arriba