Un buen camino para seguir el legado de Francisco Nadie descarte un nuevo Papa Latinoamericano

La Iglesia del continente con mayor número de católicos, más de 400 millones, es sin lugar a duda la que mejor entendió y concretó la doctrina del Vaticano II
En Latinoamérica y el Caribe encontramos una Iglesia viva, profética, una Iglesia donde el Bautismo es entendido como sacramento que fundamenta la vida eclesial
Nadie puede negar es que varios de estos electores latinoamericanos darían continuidad a un Papado que ha sabido responder a los desafíos que la Iglesia y la humanidad han demandado en los últimos 12 años
Nadie puede negar es que varios de estos electores latinoamericanos darían continuidad a un Papado que ha sabido responder a los desafíos que la Iglesia y la humanidad han demandado en los últimos 12 años
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Medellín, Santarém, Aparecida, Francisco, el Sínodo para la Amazonía, la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). Se podrían citar muchos más, pero estos son ejemplos claros de que el actual momento eclesial tiene mucho que ver con un proceso iniciado hace 60 años en América Latina.

El Vaticano II marca la vida de la Iglesia
La Iglesia del continente con mayor número de católicos, más de 400 millones, es sin lugar a duda la que mejor entendió y concretó la doctrina del Vaticano II. Y, aunque algunos digan lo contrario, es verdad que pocos, el último concilio ecuménico es el que marca la vida de la Iglesia universal, pero especialmente de la que vive su fe en América Latina y el Caribe.
En Latinoamérica y el Caribe encontramos una Iglesia viva, profética, una Iglesia donde el Bautismo es entendido como sacramento que fundamenta la vida eclesial. Una Iglesia ministerial, con protagonismo laical, especialmente femenino. Son muchas las mujeres que en este continente impulsan la vida de los miles de comunidades esparcidas por todos sus rincones. En las cumbres andinas, en medio de los ríos y selvas de la Amazonía, en las periferias de muchas ciudades, la Iglesia continua viva gracias al compromiso femenino.
Una Iglesia con un camino común
Una Iglesia que, a pesar de que no es fácil, se ha empeñado desde hace 70 años en un camino común. El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), ha sido una luz que ha orientado el caminar de la Iglesia del continente, una colegialidad episcopal que no se ha conseguido en otros continentes. Desde el CELAM se ha formado a muchos católicos, no sólo clérigos o religiosos, sino también, y sobre todo, al laicado. Este consejo episcopal ha sido voz profética en defensa de los descartados, de los pueblos originarios, de los migrantes, de los afrodescendientes, de todos, todos, todos.
Los 23 cardenales de América Latina y el Caribe que este miércoles por la tarde entrarán en la Capilla Sixtina suponen un número nunca visto. En el cónclave de 2013, en el que fue elegido Francisco, el primer Papa latinoamericano, fueron 20 los electores. Sabemos que no es un grupo decisivo, pero nadie puede negar el peso que pueden tener a lo largo de las votaciones.
Un Cónclave variopinto
Todo depende de su duración, algo imprevisible en el cónclave más variopinto de los últimos siglos, en el que ha disminuido significativamente la presencia de curiales y de italianos, y ha aumentado el número de países representados, que ha llegado a 71. A ello se une el número de votantes, que se ha ido a 133, superando ampliamente los 120, número determinado por Pablo VI. Ese número aumenta a 89 el número de votos necesarios para ser elegido.
Nadie descarte un nuevo Papa latinoamericano. Supondría continuar con el legado de Francisco, un sentir muy mayoritario entre los electores. Son pocos los que quieren una ruptura con el último pontífice, alguien en quien muchos ven a aquel que ha llenado de vida a la Iglesia con la fuerza del Espíritu. Un Espíritu que está presente en la Iglesia latinoamericana y que trajo al Vaticano y a la Iglesia universal el primer Papa llegado de ese continente.

Gratitud a Francisco
Un Papa ante el que la mayor parte del catolicismo y de la humanidad manifiestan un sentimiento de gratitud, reconociendo el arduo y admirable trabajo de alguien que se desgastó hasta el último día en defensa de la paz, de los más vulnerables y de la propia Iglesia, sobre todo aquella que vive su fe en las periferias. No diría que entre los 23 electores latinoamericanos hay un clon de Francisco, dado que el próximo pontífice saldrá con toda probabilidad de los 133 electores.
Lo que nadie puede negar es que varios de estos electores latinoamericanos darían continuidad a un Papado que ha sabido responder a los desafíos que la Iglesia y la humanidad han demandado en los últimos 12 años. La necesidad de continuar ese camino está presente en el pensamiento de la mayoría de los 133 cardenales que irán a elegir al sucesor del primer Papa latinoamericano. La posibilidad de que su sucesor venga de nuevo de esas tierras es una posibilidad que uno no se atreve a descartar. El mundo ha aprobado y reconocido la labor de Francisco, ¿por qué no seguir un tiempo más en esa misma dirección?