Los obispos brasileños se posicionan contra la Reforma del Sistema de Pensiones del Gobierno Temer

La Presidencia de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) ha emitido una nota en la que se posiciona clara y proféticamente contra la Reforma del Sistema de Pensiones que pretende llevar a cabo el gobierno del Presidente Michel Temer, que entre otras cosas quiere establecer un tiempo mínimo de cotización de 49 años para poder recibir el 100% de la pensión de jubilación, además de recortar otros derechos laborales.

Tras la reunión del Consejo Permanente, que ha tenido lugar de 21 a 23 de marzo en Brasilia, los obispos denuncian y repudian la exclusión social a la que esta reforma de las pensiones va a conducir al pueblo brasileño, acabando con derechos “conquistados con intensa participación democrática”.

Los obispos insinúan en la nota que los números presentados por el Gobierno Temer para justificar esta reforma no son del todo confiables, pues “son diferentes de los números presentados por otras instituciones, inclusive relacionadas con el propio gobierno”. Por ello ven necesario una reflexión más profunda al respecto.

La propuesta del gobierno no contempla valores solidarios, en opinión de los prelados, que no entienden que sean los más pobres quienes paguen una cuenta que no cuadra, dejando fuera a los bancos, a los grandes exportadores o a aquellos que realmente deben al sistema de pensiones, las grandes empresas y fortunas.

Desde esta perspectiva se pide un diálogo, que vaya más allá de intereses partidarios, entre el gobierno y la sociedad. Todo ello buscando la defensa de los más pobres: trabajadores rurales, indígenas, descendientes de esclavos, pescadores, viudas...

En vista a parar esta injusta reforma, los obispos convocan “a los cristianos y personas de buena voluntad, particularmente nuestras comunidades, a movilizarse en torno de la actual Reforma de las Pensiones, a fin de buscar lo mejor para nuestro pueblo, principalmente los más debilitados”.


Nota de la CNBB sobre la PEC 2 87/16 – “Reforma de la Previdencia”

“Ay de los que convierten el juicio en ajeno y echan por tierra la justicia” (Amós 5,7)

El Consejo Permanente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil-CNBB, reunido en Brasilia-DF, los días 21 a 23 de marzo de 2017, en comunión y solidaridad pastoral con el pueblo brasileño, manifiesta apreensión en relación a la Propuesta de Enmienda de la Constitución (PEC) 287/2016, de iniciativa del Poder Ejecutivo, que tramita en el Congreso Nacional.

El Artículo 6º de la Constitución Federal de 1988 estableció que la Previdencia sea un Derecho Social de los brasileños y brasileñas. No es una concesión gubernamental o un privilegio. Los Derechos Sociales en Brasil fueron conquistados con intensa participación democrática; cualquier amenaza a ellos merece inmediato repudio.

Abarcando actualmente más de 2/3 de la población económicamente activa, ante un aumento de su tiempo de trabajo y de la disminución del ingreso en el mercado de trabajo, se puede decir que el sistema de la Previdencia necesita ser evaluado y, se fuese necesario, posteriormente adecuado a la Seguridad Nacional.

Los números del Gobierno Federal que presentan un déficit previdenciario son diferentes de los números presentados por otras instituciones, inclusive relacionadas con el propio gobierno. No es posible encontrar solución de asunto tan complejo con informaciones inseguras, diferentes y contradictorias. Es necesario conocer la situación real de la Previdencia Social en Brasil. Iniciativas que busquen el conocimiento de esa realidad deben ser valoradas y adoptadas, particularmente por el Congreso Nacional, con la total participación de la sociedad.

El sistema de la Previdencia Social posee una intrínseca matriz ética. Él fue creado para la protección social de las personas que, por varios motivos, quedan expuestas a la vulnerabilidad social (edad, enfermedades, accidentes, maternidad...), particularmente a los más pobres. Ninguna solución para equilibrar un posible déficit puede prescindir de valores éticos-sociales y solidarios. En la justificativa de la PEC 287/2016 no existe ninguna referencia a esos valores, reduciendo la Previdencia a una cuestión económica.

Buscando disminuir gastos previdenciarios, la PEC 287/2016 “soluciona el problema”, excluyendo de la protección social a los que tienen derecho a beneficios. Al proponer una edad única de 65 años para hombres y mujeres, del campo o de la ciudad; al acabar con la jubilación especial para trabajadores rurales; al comprometer la asistencia a los asegurados especiales (indígenas, descendientes de esclavos, pescadores...); al reducir el valor de la pensión para viudas o viudos; al desvincular el salário mínimo como referencia para el pago del Benefício de Prestación Continuada (BPC), la PEC 287/2016 escoge el camino de la exclusión social.

La opción inclusiva que preserva derechos no es considerada en la PEC. Se hace necesario auditar la deuda pública, taxar rendimientos de las instituciones financieras, rever la desoneración de exportaciones de commodities, identificar y cobrar a los deudores de la Previdencia. Esas opciones ayudarían a hacer realidad el Fondo de Reserva del Régimen de la Previdencia Social – Enmienda Constitucional 20/1998, que podría crear recursos exclusivos para la Previdencia.

El debate sobre la Previdencia no puede quedar restringido a una disputa ideológico-partidaria, sujeto a influencias de grupos de los más diversos intereses. Cuando eso sucede, quien pierde siempre es la verdad. El diálogo sincero y fundamentado entre gobierno y sociedad debe ser buscado hasta la extenuación.

A las señoras y a los señores parlamentarios, hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco: “Vuestra difícil tarea es contribuir a fin de que no falten las subvenciones indispensables para la subsistencia de los trabajadores desempleados y de sus familias. No falte entre vuestras prioridades una atención privilegiada para con el trabajo femenino, así como la asistencia a la maternidad que siempre debe tutelar la vida que nace y a quien la sirve cotidianamente. ¡Tutelar a las mujeres, el trabajo de las mujeres! Nunca falte la garantía para la vejez, a la enfermedad, a los accidentes relacionados con el trabajo. No falte el derecho a la jubilación, y subrayo: el derecho — la jubilación es un derecho! — porque de eso se trata.”

Convocamos a los cristianos y personas de buena voluntad, particularmente nuestras comunidades, a movilizarse en torno de la actual Reforma de la Previdencia, a fin de buscar lo mejor para nuestro pueblo, principalmente los más debilitados.

En la celebración del Año Mariano Nacional, confiamos el pueblo brasileño a la intercesión de Nuestra Señora Aparecida. ¡Dios nos bendiga!

Brasilia, 23 de marzo de 2017.

Cardenal Sergio da Rocha, Arzobispo de Brasilia - Presidente de la CNBB

Monseñor Murilo S. R. Krieger, SCJ, Arzobispo de San Salvador de Bahia - Vice-Presidente de la CNBB

Monseñor Leonardo Ulrich Steiner, OFM, Obispo Auxiliar de Brasilia - Secretario-General de la CNBB
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