La inacción es un crimen contra la humanidad y la naturaleza El Sínodo para la Amazonía exige acciones concretas a los participantes de la COP25

Abertura del Sínodo para la Amazonía
Abertura del Sínodo para la Amazonía

El sufrimiento es “consecuencia de una forma de vida imperial”, que tiene como causa “satisfacer nuestro insaciable afán de consumo y producción que ahora está destruyendo nuestro planeta y amenazando las vidas de aquellos que tratan de proteger la tierra”

La declaración pide que los gobiernos asuman las ideas, justas, sostenibles y bien investigadas, ya existentes, en vista de una transición ecológica

“Estamos decepcionados con la falta de honestidad y transparencia” de los gobiernos, que “siguen reafirmando su compromiso en virtud del Acuerdo de París, mientras que sus políticas hablan y actúan en sentido contrario”

Piden “a los líderes políticos que se comprometan a cambiar radicalmente nuestra forma de vida para salvar nuestra Casa Común

El Papa Francisco en el Sínodo
¿Hasta cuándo vamos a quedarnos de brazos cruzados? Actuar contra las consecuencias del cambio climático es algo cada vez más urgente, todavía más para quienes se dicen cristianos. Movidos por esa necesidad de tomar conciencia sobre esa problemática, un grupo de siete cardenales, junto con el presidente del CELAM, han emitido una declaración que ha sido enviada a los participantes de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, COP25, que tendrá lugar en Madrid, de 2 a 13 de diciembre.

La declaración, que quiere ser “una llamada del Sínodo para la Amazonía para una acción climática urgente”, elaborada el pasado mes de octubre durante la asamblea sinodal, se denuncia ya en el título que “la inacción es un crimen contra la humanidad y la naturaleza”. Con palabras proféticas, los firmantes del texto, representantes de los cinco continentes, después de oír el grito de las personas y de la selva, afirman que el sufrimiento es “consecuencia de una forma de vida imperial”, denunciando que todo eso tiene como causa “satisfacer nuestro insaciable afán de consumo y producción que ahora está destruyendo nuestro planeta y amenazando las vidas de aquellos que tratan de proteger la tierra”.

El texto se hace eco de lo afirmado por el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si´, donde dice que "El cambio climático representa uno de los principales desafíos actuales para la humanidad" (LS25), lo que se manifiesta de forma clara en la Amazonía, donde “la selva amazónica está en peligro de convertirse en una sabana”. Por todo eso, la declaración señala que “estamos en una encrucijada” que nos puede conducir “a un punto de no retorno, y potencialmente enviar a la Tierra a una espiral de cambio climático desbocado que modifique la faz de nuestra Casa Común”.

Amazonía

Siguiendo las previsiones de informes oficiales, la declaración pide que los gobiernos asuman las ideas, justas, sostenibles y bien investigadas, ya existentes, en vista de una transición ecológica. En ese sentido, abogan por “soluciones basadas en la naturaleza”, posicionándose contra “la experimentación especulativa con la geoingeniería, potencialmente catastrófica” y otras “falsas soluciones", algo ya denunciado en Laudato Si´. Son los más vulnerables quienes sufren ante la falta de acción de los gobiernos, las empresas y la sociedad, quienes “merecen una respuesta a sus llamadas, ya que sólo tenemos un planeta en el que vivir”.

Con el escrito, “expresamos nuestra profunda preocupación por el pobre estado de compromiso e implementación” de los acuerdos internacionales en referencia al cambio climático.  En consecuencia de eso, los firmantes señalan que “nos preocupa escuchar que algunos países no están negociando en el espíritu del Acuerdo de París, sino que siguen actuando en su propio interés”, criticando abiertamente las artimañas legales de algunos países, como es el caso de Brasil. Todo eso hace que “estamos decepcionados con la falta de honestidad y transparencia” de los gobiernos, que “siguen reafirmando su compromiso en virtud del Acuerdo de París, mientras que sus políticas hablan y actúan en sentido contrario”. Esta falta de acción es una cuenta que pagan “las comunidades más vulnerables y las generaciones futuras”. Por eso, “necesitamos acción climática”, enfatiza el texto.

Es imprescindible “reconocer la interconexión entre nosotros y la naturaleza, que es nuestra fuente de vida”, afirma la declaración, a lo que se une el influjo de los factores sociales, económicos y políticos en este proceso. Junto con eso, se denuncia que “la humanidad ya tiene una gran deuda histórica con los pueblos indígenas”, algo que crece constantemente. Por ello, piden “a los líderes políticos que se comprometan a cambiar radicalmente nuestra forma de vida para salvar nuestra Casa Común”, algo en lo que la Iglesia quiere tener un papel decisivo después del trabajo llevado a cabo durante el Sínodo para la Amazonía, “una Iglesia comprometida con el cuidado de la creación”, y con la “transición ecológica hacia una forma de vida más sostenible”.

Asamblea sinodal

Declaracion Del SInodo de La Amazonia Para La COP25 by Religión Digital on Scribd

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