Tras audiencia con el Papa León XIV presentan documento Iglesias rumbo a la COP30: "Invitamos a una coalición entre el Norte y Sur Global para enfrentar crisis climática"

Las Iglesias del sur global a hacer un llamado a la acción por la justicia climática a quienes toman las decisiones, es decir, los líderes gubernamentales, sus representantes y al público en general
Para los representantes de las Iglesias del Sur global, la base es cumplir el Acuerdo de París, implementar las Contribuciones determinadas a nivel nacional y transformar el sistema económico hacia un modelo restaurador
El objetivo es impulsar políticas climáticas y de la naturaleza que estén ancladas en los Derechos Humanos
El objetivo es impulsar políticas climáticas y de la naturaleza que estén ancladas en los Derechos Humanos
El régimen climático debe enfocarse en la aplicación de decisiones acordadas con anterioridad, dice la tercera carta a la comunidad internacional que la presidencia de la COP30 publicó a finales de mayo.
Entre el 16 y el 26 de junio se reunieron en Bonn-Alemania, los negociadores que representan a los países que integran la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático y el Acuerdo de Paris. Hechos que impulsan a las Iglesias del sur global a hacer un llamado a la acción a quienes toman las decisiones, es decir, los líderes gubernamentales, sus representantes y al público en general. Invitación que orientan hacia los aspectos que consideran es urgente trabajar.

Políticas ancladas en los Derechos Humanos
Planteamientos que describen a profundidad en el mensaje titulado "Un llamado por la justicia climática y la Casa Común: conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones". Documento que fue entregado al Papa León XIV este 1 de julio.
Iniciativa que extienden a las Iglesias de Asia, África y América Latina como a las Conferencias y Consejos Episcopales católicos de estos territorios de cara al compromiso con los efectos de la crisis climática y la inminente realización de la COP30. Un documento que señalan, es fruto del discernimiento colectivo entre estas Iglesias particulares que, desde el continente de la esperanza, evocan la inspiración del Espíritu Santo para actuar en comunión con la misión de la Iglesia universal.
Para los representantes de las Iglesias del Sur global, la base es cumplir el Acuerdo de París, luego implementar las Contribuciones determinadas a nivel nacional, transformar el sistema económico hacia un modelo restaurador, impulsar políticas climáticas y de la naturaleza ancladas en los derechos humanos, para luego compartir e implementar, soluciones tecnológicas éticas, descentralizadas y apropiadas.

Un Observatorio de Justicia climática
La meta es alcanzar la deforestación cero para 2030 y restaurar ecosistemas vitales acuáticos y terrestres. Metas que pueden alcanzarse si hay voluntad de aunar esfuerzos para fortalecer los procesos multilaterales democráticos y así reconstruir la confianza en la cooperación y el diálogo, “uniéndonos como humanidad, Norte y Sur, por el bienestar del planeta”, afirman.
Decisiones sobre temas vitales que están a la altura de la urgencia de la crisis climática y que ponen el bien común por encima del lucro, priorizan el bienestar de las personas y de obtenerse, asegurarán condiciones para la vida sostenible en el planeta.
Posturas que las Iglesias del sur global no solo abordan desde las recomendaciones o exigencias, sino que se comprometen con aportes concretos, porque son conscientes de que este proceso debe involucrar tanto a los tomadores de decisiones como a quienes pueden contribuir desde su rol en la transformación de las políticas públicas y las prácticas culturales que en la cotidianidad no ayudan a mejorar el difícil momento que vive el planeta.
Acciones en plural desde las Iglesias encaminadas a defender a los más vulnerables en cada decisión que se tome sobre el clima y la naturaleza. Igualmente, asumen la misión de educar en ecología integral para promover economías basadas en la solidaridad, la "sobriedad feliz" de Laudato Si' y el "Buen Vivir de las sabidurías ancestrales". Objetivos que impulsan convencidas de fortalecer la alianza intercontinental entre países del Sur Global, para promover la cooperación y la solidaridad, haciendo una veeduría de los resultados de las COPs, mediante un Observatorio de Justicia Climática.

Conversión ecológica profunda
En 2024, la crisis climática hizo que la temperatura del planeta aumentara en 1,55°C. Una realidad urgente que sobrepasa los límites de los problemas técnicos para convertirse en una "cuestión existencial, de justicia, dignidad y cuidado para nuestra casa común", advierten las Iglesias.
Inspirados en el contenido de Laudato Si' y el reciente llamado del Papa León XIV a trabajar por una ecología integral con justicia, las Iglesias del sur global piden vivir una "conversión ecológica profunda", porque no podemos olvidar que han pasado diez años desde la publicación del documento pontificio y la firma del Acuerdo de Paris y hasta el momento, no hay una respuesta contundente de los paises del mundo para paliar la crisis.
Es así como las Iglesias del sur global "rechazan las falsas soluciones como el capitalismo verde, la tecnocracia, la naturaleza convertida en mercancía y el extractivismo”, fenómenos que terminan perpetuando “la injusticia y la explotación". Urgencias para las comunidades y los territorios que interpelan. "La Iglesia no guardará silencio, seguiremos alzando la voz junto a la ciencia, a la sociedad civil, a los más vulnerables con verdad y coherencia, hasta que se haga justicia. Exigimos equidad, justicia y protección”, declaran.

Responsabilidad y conciencia
Para alcanzar estos tres mínimos, las Iglesias del sur global alientan a las naciones ricas a "pagar su deuda ecológica con un financiamiento climático justo sin endeudar más al Sur". El objetivo es "recuperar las pérdidas y daños para favorecer la resiliencia en África, América Latina y el Caribe, Asia y Oceanía". Un mecanismo que aportará a la búsqueda de la equidad que conduce al progreso.
En segundo lugar, abogan por la promoción de un decrecimiento económico, esto implica "acabar con los combustibles fósiles, poniendo fin a sus nuevas infraestructuras y gravando debidamente a quienes se han beneficiado con ellas". Desde la perspectiva eclesial es preciso "iniciar una nueva era de una gobernanza que incluya y priorice a las comunidades más afectadas por las crisis del clima y de la naturaleza", alternativa que influiría positivamente en la obtención de justicia.
Luego, al hablar de protección se refieren a "la defensa de los pueblos indígenas y tradicionales, los ecosistemas y comunidades empobrecidas". Aquí los representantes de las Iglesias citan grupos poblacionales que deben ser considerados como una prioridad. Entre ellos, enumeran la "vulnerabilidad de las mujeres, niñas, y nuevas generaciones; además de la migración climática como un desafío de justicia y garantización de los Derechos Humanos".
Un mensaje que argumenta sus propuestas en la investigación. Dentro de su estructura parte de unos principios fundamentales que presentan un panorama general, esto da paso a los compromisos y responsabilidades, llamando a la acción. Cierra hablando sobre la importancia de reconocer la gravedad de la problemática para avanzar y construir un camino de esperanza y conversión ecológica porque bien se lee en uno de sus apartes, “nuestras decisiones actuales impactan a las generaciones futuras; abogamos por una justicia intergeneracional que asegure un planeta habitable y próspero para todas las formas de vida”.
Lea el documento completo aquí: