Dichosa tu que has creído

Cada uno quiere ser feliz a su manera buscando los mejores medios para conseguirlo. No fue este el caso de María, la madre de Dios. Ella no buscaba ser dichosa sino solamente buscar la voluntad de Dios. Pero fue precisamente este hacer la voluntad de Dios lo que la hizo bienaventurada e hizo felices a los demás.
Saber que uno hace lo que Dios quiere da mucha paz y serenidad todo y que esto no quita que tengas que sufrir y de esto María supo más que nadie.
Elizabeth, la prima de María, la llama feliz porque ella ha creído en lo que el ángel le había dicho de parte de Dios. Sí, María fue dichosa porque creyó y acepto lo que Dios le pedía y lo aceptó sin saber a que la conduciría esta voluntad de Dios y esta voluntad le deparó más de una sorpresa, nos narran los evangelios. Su sí fue un sí incondicional, firmó una página en blanco. El acto de fe consiste en un acto de confianza total. La aceptación de la Virgen, al querer de Dios, hace felices al pequeño Juan que salta de alegría en el seno de su madre y seguro que hizo feliz a la madre que se vio honrada con la visita de la madre de su Señor.
¿Hemos repasado en nuestro interior alguna vez como aceptar lo que Dios nos pide lleva la felicidad a los demás? Esta reflexión puede ser para nosotros una sorpresa y también una acción de gracias y entonces como María podremos cantar con ella: “El Señor ha hecho en mi maravillas”. Texto: Hna. María Nuria Gaza.