El sí de María

María
El sí de María es modelo y estímulo para todo el pueblo cristiano. Abierta al querer de Dios, toda disponible a su voluntad, sin comprender acepta lo que el Señor le pide, sin medir las consecuencias de su sí.

José, con quien está comprometida en matrimonio ¿podrá comprender lo que se está realizando en ella? Deja que Dios haga su camino. Siempre dispuesta a prestar servicio, corre en ayuda de su prima Isabel que puede necesitar de su presencia.

En Belén, no hay plaza para esta pareja y esta madre que está para dar a luz. Un establo, sin puertas para que puedan entrar y salir los que lo desean, los cobija. Pobreza extrema y también gran gozo de dar al mundo al Hijo del Altísimo. Los pastores acuden a ver el gran acontecimiento que les han anunciado los ángeles.

La presentación de Jesús en el templo las palabras del sacerdote son palabras que anuncian un futuro doloroso. Los sabios llegados de Oriente hacen sus presentes al niño, al rey que ha nacido. Y después de su visita, el matrimonio tiene que emigrar a Egipto. El drama de tantos que tienen que huir de su tierra por la maldad de los hombres.

Unos años vividos en Nazaret donde el niño crecía al lado de sus padres crecía en sabiduría y gozaba del favor de Dios y de los hombres. A los doce años de edad el niño baja con sus padres a Jerusalén Y allí se queda en el templo sin que sus padres lo sepan. Él tenía que ocuparse de las cosas de su Padre. María no comprende pero guarda todas estas cosas en su corazón.

María dice sí al Señor más con gestos que con palabras. Vienen los años de la vida pública de Jesús. Muchos le siguen con entusiasmo pero luego el cerco de sus enemigos se estrecha hasta que es condenado a muerte. Al pie de la cruz está María, la madre de un ajusticiado injustamente.

Encontramos de nuevo la presencia de María en oración junto a sus discípulos, que esperan la venida del Espíritu Santo. En la vida cotidiana encontramos muchos momentos como los de María y nos decimos: No puedo más, me es imposible aguantar todo esto. En estos momentos acudamos a María, ¿cómo pudo ella aguantar todos los acontecimientos? Porque ella, la madre de Jesús guardaba todas estas cosas en su corazón. Por esta razón es modelo y estímulo para el pueblo cristiano. Acudamos a ella con confianza de hijos, ella nos ayudará a vivir con serenidad los acontecimientos difíciles de nuestra vida y aceptar los gozosos con agradecimiento. Por esta razón todos los pueblos acuden a María y celebran con gozo sus diversas advocaciones. Mayo, mes de María.Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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