Sólo dos arzobispos han pedido medidas contundentes para limitar la posesión de armamento ¿Profeta en su tierra? León XIV pide el fin de la "pandemia de armas" tras el tiroteo en la escuela católica de su país

"Roguemos a Dios que detenga la pandemia de armas, grandes y pequeñas, que infecta nuestro mundo”, pidió León XIV durante el ángelus, primer pronunciamiento en la historia de un Papa estadounidense sobre el control de armas en un país que defiende la posesión de armamento
La condena del papa Prevost contrastó con la de la inmensa mayoría de los obispos del país que, salvo en un par de casos, se limitaron a ofrecer comentarios de pesar y dolor
“La mayoría de los líderes diocesanos católicos evitaron ahondar en el debate sobre el control de armas y, en general, son mucho más reticentes a opinar sobre el tema que sobre otros temas de la vida, como el aborto”
“La mayoría de los líderes diocesanos católicos evitaron ahondar en el debate sobre el control de armas y, en general, son mucho más reticentes a opinar sobre el tema que sobre otros temas de la vida, como el aborto”
“Rezamos por los innumerables niños que mueren y resultan heridos cada día en todo el mundo. Roguemos a Dios que detenga la pandemia de armas, grandes y pequeñas, que infecta nuestro mundo”. Fueron las palabras de León XIV este pasado domingo, durante el ángelus, al referirse al tiroteo en una escuela católica de Minneapolis (EEUU) en el que murieron dos niños y otros 18 resultaron heridos, primer pronunciamiento en la historia de un Papa estadounidense sobre el control de armas en un país que defiende la posesión de armamento.
La condena del papa Prevost contrastó con la de la inmensa mayoría de los obispos del país que, salvo en un par de casos, se limitaron a ofrecer comentarios de pesar y dolor. “La mayoría de los líderes diocesanos católicos evitaron ahondar en el debate sobre el control de armas y, en general, son mucho más reticentes a opinar sobre el tema que sobre otros temas de la vida, como el aborto”, como señala en una amplia información el National Catholic Reporter (NCR), medio de referencia al que no parece extrañarle esta tibieza.
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Sin embargo, este medio contrapone a las “habituales y no controvertidas condolencias y su solidaridad en la oración” de la mayoría de los obispos, las “enérgicas declaraciones de los arzobispos de Chicago y Detroit”, Blase Cupich y Edward Weisenburger, respectivamente, quienes “claramente creían que no era suficiente”, por lo que “pidieron nuevas medidas para combatir la violencia armada reduciendo el acceso a los tipos de rifles y pistolas de repetición que se han utilizado repetidamente en tiroteos en escuelas de todo el país”.

“Los hechos son claros –señaló el cardenal Cupich en una declaración por escrito–. Las armas abundan y los intentos de sentido común para limitar su disponibilidad han sido en gran medida rechazados en nombre de una libertad que no se encuentra en nuestra Constitución. Los recortes a los fondos para programas de atención médica y servicios sociales sólo exacerbarán una crisis nacional de salud mental y aumentarán la alienación. Por lo tanto, oramos para que aquellos que tienen el poder hagan que la seguridad de nuestro pueblo sea una prioridad nacional”.
Junto a esto, Cupich añadió: “Pedimos a Dios que les dé el coraje de tomar las medidas que saben que aliviarán, si no es que eliminarán, el miedo que los padres deben de sentir al enviar a sus hijos a la escuela y que los estadounidenses sienten al salir de sus hogares para hacer simples quehaceres. Seguramente deben estar conmovidos por estos tiroteos. Oramos para que no los vean como inevitables, porque entonces ciertamente habremos renunciado a nuestro derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

El arzobispo de la diócesis en la que nació el Papa, Weisenburger, afirmó, por su parte: “Al orar por quienes perdieron la vida hoy, también pido que nuestras oraciones se complementen con firmes esfuerzos para acabar con la superabundancia de pistolas y armas de asalto en nuestra gran nación. Se lo debemos a nuestras familias, nuestros vecinos y nuestros amigos. Pero, sobre todo, se lo debemos a los niños”.
15.998 muertos por tiroteos en 2024
Pero esta falta de condena, cuando no tibieza a la hora de referirse a unos hechos que causaron 15.998 víctimas mortales en 2024, no pasó desapercibida tampoco entre organizaciones católicas más concienciadas sobre esta lacra.
“Creo que los obispos deberían ser más contundentes en este tema, y los sacerdotes también”, señaló en declaraciones al NCR la hermana María Orlandini, directora de defensa de la Red de Acción Franciscana. “Creo que debemos incorporar la violencia con armas de fuego a nuestro programa provida”, añadió. “Cuando hablamos abiertamente de ser provida desde el púlpito, creo que la violencia con armas de fuego debe estar al mismo nivel que el aborto”.