El arzobispo emérito de Urgel insta a los católicos a defender los derechos humanos Vives: "Acoger a los migrantes no es una opción política, es una exigencia evangélica"

Arzobispo Joan Enric Vives
Arzobispo Joan Enric Vives

"Acoger a los migrantes no es una opción política, es una exigencia evangélica", declaró la noche del martes 12 de agosto, ante los aproximadamente 60.000 peregrinos que llenaron el Santuario tras la procesión de las velas

"La emigración y las personas migrantes no son un problema: son un signo de los tiempos, que exige una interpretación evangélica y una respuesta solidaria. No se trata solo de caridad, sino también de justicia. La verdadera fe nos lleva a construir puentes, no muros"

(7 Margens).- El Arzobispo Emérito de Urgell, Joan-Enric Vives, quien colaboró estrechamente con la comunidad de emigrantes portugueses en Andorra, hizo un enérgico llamamiento en Fátima (Portugal) al compromiso activo de todos los católicos "en la defensa de los derechos humanos de los migrantes".

"Acoger a los migrantes no es una opción política, es una exigencia evangélica", declaró la noche del martes 12 de agosto, ante los aproximadamente 60.000 peregrinos que llenaron el Santuario tras la procesión de las velas.

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Recordando la larga historia de la emigración portuguesa, Joan-Enric Vives, quien preside la peregrinación de agosto de este año, que incluye la Peregrinación Nacional de Migrantes y Refugiados organizada por la Sociedad Católica Portuguesa de Migración, hizo un llamado a la coherencia histórica y evangélica en la acogida de quienes ahora llegan a Portugal con los mismos sueños.

"Cada día, hombres, mujeres y niños cruzan fronteras en busca de lo mismo que todos deseamos: paz, trabajo, seguridad y un futuro mejor. Y a menudo lo que encuentran es sospecha, rechazo o indiferencia", recordó el prelado, presentando a María como un "modelo de discipulado" que enseña escucha, hospitalidad y ternura.

Joan-Enric Vives-presidió la peregrinación
Joan-Enric Vives-presidió la peregrinación Santuario de Fátima

«Nuestra Señora de Fátima nos invita a comprometernos activamente en la defensa de los derechos humanos de las personas migrantes: el derecho a salir de su país por necesidad o en busca de libertad; el derecho a ser tratados con dignidad en cualquier frontera; el derecho a formar parte de una sociedad que no excluye, sino que acoge e integra, y que promueve la fraternidad», declaró el arzobispo emérito de Urgel, que abarca el Principado de Andorra, donde casi 10.000 habitantes son ciudadanos portugueses.

"Los migrantes no son un problema"

Insistió: «La emigración y las personas migrantes no son un problema: son un signo de los tiempos, que exige una interpretación evangélica y una respuesta solidaria. No se trata solo de caridad, sino también de justicia. La verdadera fe nos lleva a construir puentes, no muros. Nos permite experimentar la fraternidad con cada ser humano, que es nuestro hermano y hermana».

El presidente de la peregrinación de agosto también recordó los cuatro verbos con los que el papa Francisco resumió la actitud cristiana hacia la migración: acoger, proteger, promover e integrar, y los presentó como "un verdadero programa pastoral, social, político y religioso".

"Acoger implica abrir las puertas de la comunidad y del corazón; proteger significa garantizar los derechos humanos y prevenir el abuso y la explotación; promover significa ayudar a cada persona a desarrollar sus talentos; integrar es reconocer que la diversidad enriquece el tejido social y eclesial", explicó el arzobispo de Urgel, presentando la migración como "fuente de renovación comunitaria y una oportunidad para crecer en humanidad, como un camino de fraternidad".

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