Acompañamiento de las víctimas y publicación anual de casos A raíz de un estudio independiente sobre abusos sexuales en su diócesis, el obispo de Augsburgo toma medidas

Bertram Meier, obispo de Augsburgo
Bertram Meier, obispo de Augsburgo

El obispo de Augsburgo, Bertram Meier, ha anunciado consecuencias del estudio de una comisión investigadora independiente sobre abusos sexuales en su diócesis, dado a conocer el 30 de octubre

El puesto que se requiere enfocado en el acompañamiento psicológico y pastoral de las víctimas se creará lo antes posible, comunicó Meier este jueves 20 de noviembre

La diócesis publicará en el futuro, cada año, en el boletín oficial los casos de abuso que recién se conozcan

Desarrollo continuo y el establecimiento sostenible de estructuras que permitan un control fiable y verificable del cumplimiento de las condiciones impuestas a los clérigos será uno de los próximos pasos en nuestra diócesis

El obispo de Augsburgo, Bertram Meier, ha anunciado consecuencias del estudio de una comisión investigadora independiente sobre abusos sexuales en su diócesis, dado a conocer el 30 de octubre. El puesto que se requiere enfocado en el acompañamiento psicológico y pastoral de las víctimas se creará lo antes posible, comunicó Meier este jueves 20 de noviembre. Además, la diócesis publicará en el futuro, cada año, en el boletín oficial los casos de abuso que recién se conozcan.

El obispo añadió: «El desarrollo continuo y el establecimiento sostenible de estructuras que permitan un control fiable y verificable del cumplimiento de las condiciones impuestas a los clérigos será uno de los próximos pasos en nuestra diócesis». Porque también en este aspecto el estudio ve necesidad de acción. Además, Meier anunció que se fortalecerá la interconexión de los ámbitos de trabajo de prevención, intervención y prestaciones en reconocimiento del sufrimiento ocasionado a las víctimas. Para ello, a partir de 2026 habrá reuniones de equipo.

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Sobre otros aspectos del estudio, tiene la intención de deliberar con colaboradores y organismos, añadió el obispo. Entre los temas se incluirán, por ejemplo: «¿Existen —a pesar de la alta protección que la Constitución le confiere a la vivienda— posibilidades de excluir la vivienda privada del sacerdote, que aparece con palpable frecuencia como lugar del delito, como potencial escenario de los hechos? También el inusualmente alto porcentaje de víctimas masculinas plantea interrogantes».

Augsburger Missbrauchsstudie wirft Fragen auf

"Su sufrimiento me llega muy al corazón y la grave culpa de la diócesis de Augsburgo hacia ustedes me pesa en el alma. Al leer la investigación me invadió la consternación. Varias veces tuve que soltar el estudio de las manos"

Según Meier, es positivo constatar que desde 2010 el número de procesos civiles ha aumentado significativamente: de los 33 procesos penales y de investigación civiles registrados en el estudio, 16 tuvieron lugar en 2010 o posteriormente. «Lo veo como confirmación de que la denuncia ante la fiscalía, conforme a las directrices, de todos los casos de violencia sexual que se van conociendo funciona de manera fiable desde entonces». Meier, dirigiéndose a las víctimas, subrayó: «Su sufrimiento me llega muy al corazón y la grave culpa de la diócesis de Augsburgo hacia ustedes me pesa en el alma». Al leer la investigación le invadió la consternación. «Varias veces tuve que soltar el estudio de las manos».

Según la comisión investigadora independiente, desde 1948 la dirección diocesana actuó de forma inadecuada en más de un tercio de los casos de abuso. A partir 2002 el tratamiento mejoró gradualmente. Desde que Meier asumió el cargo hace cinco años, todo se habría desarrollado conforme a las normas.

Sin embargo, el estudio no ha estado exento de críticas. Éstas apuntan tanto a la metodología de la investigación como a la composición de la comisión independiente investigadora. Además, se señala que no se evaluó las experiencias de las víctimas.

Los historiadores Martina Steber y Dietmar Süss, de la Universidad de Augsburgo, declararon al Augsburger Allgemeine en un artículo del 5 de noviembre: «Desde nuestra perspectiva profesional, esta estudio adolece de defectos metodológicos muy fundamentales». La investigación no se esforzó por seguir todas las huellas de archivo, mas allá de los documentos diocesanos.

Según la comisión investigadora, la investigación de Augsburgo es una evaluación a profundidad del conjunto de datos que sirvió de base al estudio MHG para la diócesis. El estudio MHG había sido encargada por la Conferencia Episcopal Alemana 2018 para determinar la magnitud del abuso sexual en la Iglesia católica en Alemania. Para la elaboración de este estudio, colaboraron todas las diócesis alemanas, en mayor o menor medida.

La comisión investigadora rechaza las críticas. Su presidente, Hubert Paul, dijo a la Katholische Nachrichtenagentur (KNA, Agencia Católica de Noticias) que las descripciones de los hechos contenidas en el estudio de Augsburgo corresponden a las declaraciones de las víctimas. «Un nuevo “escuchar” era por ello innecesario, considerando además el riesgo de retraumatización que los posibles críticos han pasado completamente por alto».

La diócesis, por su parte, señala que la experiencia de las víctimas está siendo actualmente investigada en un estudio independiente de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. De este modo, al final Augsburgo presentará dos estudios: uno centrado en los perpetradores y responsables, y otro con el foco en las víctimas. «Este enfoque integral debería ser ejemplar para el procesamiento del abuso».

En el Augsburger Allgemeine se señala, en cambio, que también en círculos eclesiásticos se critica el estudio, aunque «en voz baja». Uno de los motivos sería la cercanía a la Iglesia de algunos miembros de la comisión; entre ellos figura una jefa de departamento de la curia episcopal.

Hubert Paul rechaza esto como «una acusación completamente infundada y sacada de la nada». «No conocemos esos presuntos “círculos eclesiásticos” ni nadie de ellos se ha dirigido jamás a nosotros». Como presidente nunca tuvo preocupación alguna de que algún miembro pudiera tener demasiada cercanía a la Iglesia. «Esta valoración la comparten expresamente también los representantes del Consejo Independiente de Víctimas, que participaron de forma continua y en absoluta igualdad de condiciones en la elaboración del estudio».

La diócesis recuerda además la declaración conjunta del Comisionado Independiente para el Abuso del Gobierno Federal y de la Conferencia Episcopal Alemana, que contiene directrices para el procesamiento del abuso. Según éstas, casi la mitad de los miembros de la comisión pueden ser colaboradores de la Iglesia. Además, el gobierno del estado federado de Baviera está involucrado en la confirmación de los miembros de la comisión.

En su artículo, el Augsburger Allgemeine menciona también un caso hecho público por el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), un caso de violencia sexual en la diócesis de Augsburgo. El periódico informó que un hombre fue abusado por dos sacerdotes con puestos de responsabilidad, facilitado al ambiente homosexual de la ciudad por el secretario del obispo y amenazado de muerte por un obispo auxiliar si hacía públicas las fechorías. Desde 2011 la diócesis le paga a este hombre una renta vitalicia de 3500 euros mensuales. Ésta se paga «en reconocimiento del sufrimiento infligido», según informó la diócesis a la KNA. Por lo demás, no se puede corroborar al detalle el relato de FAZ. Lo cierto es que en marzo de 2010 se presentaron acusaciones a través de una persona de contacto para víctimas de abuso y así llegaron a conocimiento de la diócesis de Augsburgo. «Las acusaciones se refieren a un período de tiempo del siglo pasado». El entonces comisionado independiente para abusos en la diócesis fue informado conforme a las directrices, así como el Vaticano y la fiscalía.

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«Según conocimiento de la diócesis, la fiscalía no continuó las investigaciones por evidente prescripción», explicó un portavoz diocesano. La Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma dispuso que el caso debía archivarse. «En esta decisión probablemente desempeñó un papel decisivo el hecho de que la víctima, en el momento de los hechos imputados, no era menor de edad ni persona que requiriera de cuidado».

A la pregunta de por qué el caso no aparece en el estudio de abusos de Augsburgo, el presidente de la comisión, Paul, respondió que un miembro de la comisión que nunca había trabajado para la diócesis evaluó los expedientes sin anonimizar de este caso. La víctima era mayor de edad en el momento de los hechos y no estaba bajo el cuidado de la diócesis. El estudio trata exclusivamente del abuso de menores.

Una raya más al tigre de una realidad en la sombra que todavía no se ha abordado seriamente en la Iglesia católica: el abuso sexual de adultos. Por ejemplo, de miembros de organizaciones con características sectarias, de religiosas, de personas que acuden a la dirección o consejería espiritual, de personas vulnerables por su condición física, mental o social.

Meier señaló en su declaración que la experiencia de las víctimas está siendo actualmente investigada en un estudio propio de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. «Según mi información, concluirá a finales de 2026». (KNA)

De este modo, historiadores reprocharon que el estudio no se esforzó por seguir todas las huellas de archivo más allá de los documentos diocesanos y que no evaluó experiencias de las víctimas.

Bistum Augsburg - Department Psychologie - LMU München

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