El espacio expositivo comienza en el mismo hall del Seminario. Allí podemos encontrar los primeros elementos que, en boca de los guías de la exposición tienen la siguiente interpretación:
Esta zona tiene 4 puntos cardinales que nos sitúan frente al problema de la Justicia en nuestro mundo y en nuestros días: Al Norte, D. Quijote marcando el rumbo: Un decorado en el que un gigante-molino de viento que representa el sistema penal ( o sea la cabeza pensante que está en su sótano) y el sistema penitenciario (el molino) en medio de un paisaje desolado y estéril, sangriento, asusta a una sociedad mentalmente encadenada (que lo observa y piensa que el sistema es legítimo y eficaz).
¿Estamos locos porque queremos cambiar el paisaje y convertir el molino en otra cosa, y sembrar flores y regalar nuestras cadenas a los que compran chatarra?
Al Sur, la justicia que tenemos, retratada en múltiples imágenes y la que podríamos hacer si tomáramos conciencia y nos uniéramos para reclamarla.
Al Este, el árbol de la ciencia del bien y del mal y la inconsciencia de los que ni hacen ni dicen nada.
Al Oeste los extremos de la Justicia: Los irreductibles, que parece que no tienen remedio… Y los más justos, perseguidos y condenados por una justicia en la que no caben. Detrás, San Jerónimo ojeando curioso ese libro de las imágenes de la justicia y de algunas alternativas que cualquiera de ustedes puede consultar luego si tiene tiempo.
Síntesis:
Este espacio nos dice que si queremos humanizar nuestra sociedad (nuestro mundo) tenemos que empezar por cuestionar su sentido de la Justicia y ser conscientes de que entre todos podemos hacerlo cambiar. Este es el objetivo fundamental de esta exposición.
En uno de los paneles se puede leer: ¿Es esto lo que queremos? ¿Una Justicia sencilla, comprensiva y humana. Preñada de alternativas y esperanza … Capaz de tender una mano desde una sociedad segura de sí misma y generosa a una parte de la sociedad que se equivocó y reconociéndolo … pide una oportunidad y necesita una ayuda para rehacer su vida?
El primer café-tertulia.
El testimonio de los reclusos sobre la realidad penitenciaria Pepe Villegas Chicoy, miembro de Salhaketa, y Zuriñe Martínez Baztan, activista por la despatologización de la transexualidad, han sido los encargados de abrir este ciclo de cafés-tertulia que se han organizado desde Expocárcel Gasteiz 2012 y en los que, a lo largo de los próximos días, se abordarán diferentes temáticas relacionadas con el mundo de la cárcel.
Pepe y Zuriñe nos han contado su testimonio y vivencia dentro de la cárcel, concluyendo que la realidad penitenciaria deja muy poco espacio a las actitudes reparadoras y que no cumple el objetivo reinsertador para el que está concebida, sino que lo que hace es deshumanizar a las personas, por lo que consideran que se debería apostar por otras vías de carácter restaurativo, alternativas al cumplimiento en prisión. Los ponentes han añadido además que la creación de nuevas macrocárceles como la de Zaballa no hace sino reforzar todavía más esa deshumanización de la realidad penitenciaria y de la justicia en general.
Non solum sed etiam.
Creo que no ha existido en la historia de la humanidad un sistema punitivo que haya sido del agrado del sujeto a quien se le aplica. En cierto modo es lógico que la sociedad considere que no se puede andar con paños calientes con quien ha sido previamente inmisericorde con el prójimo. Claro que esto en parte es una ley del Talión en la que “ojo por ojo” acabamos todos ciegos.
No es fácil arbitrar un sistema perfecto de justicia, aunque ello no quita para que ciertos principios se salvaguarden, para que ciertas alternativas se contemplen.
Mientras tanto alimentar la esperanza de un cambio posible es ya una buena labor.
