"Desde RD, te prometemos seguir defendiendo la primavera de la Iglesia, plasmación del Vaticano II" Adiós, Francisco, Papa de la primavera: Religión Digital te despide con el corazón agradecido

"La gran familia de Religión Digital —periodistas, columnistas, blogueros, socios, anunciantes colaboradores, lectores— te dice adiós con el corazón roto pero rebosante de gratitud"
"Te defendimos con pasión, con campañas públicas como “Pro Francisco”, frente a los vientos de resistencia y las críticas de los rigoristas “tristes”. Te llamamos el Papa de la primavera, porque en ti vimos florecer los sueños del Concilio Vaticano II"
“No pierdan la ilusión”, nos dijiste, con esa voz cálida que aún resuena en nuestros corazones. “Sigan luchando por esta Iglesia viva y dándola a conocer”
“No pierdan la ilusión”, nos dijiste, con esa voz cálida que aún resuena en nuestros corazones. “Sigan luchando por esta Iglesia viva y dándola a conocer”
Querido Francisco, Papa de los pobres, de la misericordia, y, para nosotros especialmente, Papa de la primavera: La gran familia de Religión Digital —periodistas, columnistas, blogueros, socios, anunciantes colaboradores, uy nuestros millones de lectores— te dice adiós con el corazón roto pero rebosante de gratitud.
Nos enganchamos a ti y te acompañamos desde el principio, desde aquel “Buonasera” que pronunciaste en el balcón de San Pedro en 2013, cuando el mundo descubrió a un pastor humilde, venido “del fin del mundo”, que eligió el nombre de Francisco y el camino de los últimos.

Te defendimos con pasión, con campañas públicas como “Pro Francisco”, frente a los vientos de resistencia y las críticas de los rigoristas “tristes”. Te llamamos el Papa de la primavera, porque en ti vimos florecer los sueños del Concilio Vaticano II.
Y tú, con tu cariño inmenso, nos mimaste, nos recibiste, nos abrazaste. Nos dijiste: “No pierdan la ilusión. Sigan luchando por esta Iglesia viva y dándola a conocer”. Por eso, hoy, con lágrimas y esperanza, te prometemos seguir tu senda, porque “nadie puede parar la primavera cuando viene en alas del Espíritu”.
Un compañero de camino desde el primer día
En Religión Digital, Francisco, fuiste más que un Papa: fuiste un hermano, un guía, un faro. Desde tus primeros gestos —renunciar al palacio vaticano, pagar tu hotel, lavar los pies de los marginados, visitar Lampedusa— supimos que no eras un pontífice más, sino un profeta enviado para renovar la Iglesia.
En nuestras páginas, en cada artículo, en cada análisis, en cada comentario intentamos ser fieles a tu sueño: una Iglesia samaritana, misericordiosa, en salida, sinodal. Cuando los sectores más rancios te acusaban de hereje, cuando los resistentes trataban de apagar tu luz, nosotros alzamos la voz. Lanzamos campañas como “Pro Francisco” para decir al mundo que tu revolución era la del Evangelio, la de Jesús, la de los pobres.
No fue fácil. Cubrir tu pontificado fue un desafío diario. Informar sobre tus reformas, tus gestos, tus palabras —tan sencillas, tan profundas— nos exigió rigor, valentía y, sobre todo, amor. Porque no solo contamos tu historia, Francisco: la vivimos contigo.
Cada viaje, desde Lampedusa hasta la Amazonía; cada encíclica, desde Laudato si’ hasta Fratelli tutti o Dilexit Nos; cada sínodo, donde diste voz a los laicos, a las mujeres, a las periferias, fue para nosotros un motivo de orgullo.
En Religión Digital, tus palabras resonaban como un eco del Concilio: “La Iglesia no es una fortaleza, sino una tienda de campaña”. Y nosotros, desde nuestro pequeño rincón digital, quisimos ser esa tienda, abierta a todos, especialmente a los heridos, los descartados, los abusados por el clero (“vergüenza de la Iglesia”, como decías), los que buscan esperanza.

Tu cariño, nuestro tesoro
Nunca olvidaremos, Francisco, cómo nos acogiste. Nos recibiste en el Vaticano (junto a Sor Lucía y al Padre Ángel) con esa sonrisa que desarmaba cualquier protocolo. Nos abrazaste como a hijos, nos escuchaste con paciencia, nos animaste con ternura. “No pierdan la ilusión”, nos dijiste, con esa voz cálida que aún resuena en nuestros corazones. “Sigan luchando por esta Iglesia viva y dándola a conocer”.
Nos hablaste de los resistentes, esos “tristes” que se aferran a una Iglesia de museo, y nos pediste que no nos dejáramos apagar por su amargura. Fue un mandato, pero también un regalo: la certeza de que nuestro trabajo, humilde pero apasionado, tenía sentido.
Tú, que llamaste a los periodistas “artesanos de la verdad”, valoraste nuestro esfuerzo por contar la Iglesia que tú soñabas: una Iglesia de puertas abiertas, de puentes y no de muros, de misericordia y no de juicio. Nos diste tu confianza, y eso nos marcó para siempre. En cada noticia, en cada editorial, en cada testimonio que publicamos, intentamos ser fieles a tu espíritu. Porque Religión Digital no es solo un medio: es una comunidad, una familia que cree en la primavera de la Iglesia, en la fuerza del Espíritu que renueva todas las cosas.
Como prometimos, hoy entregamos al Papa los apoyos de RDconelPapa gracias a @pontifex@sorluciacaram y @Padreangelmensa . En breve, crónica https://t.co/WqntpbqJf1@JosMVidal1@joselorenzoloppic.twitter.com/JD1dFfutLk
— Religión Digital (@ReligionDigit) March 13, 2024
La primavera que nadie puede parar
Hoy, mientras suenan todavía los ecos de la despedida que Roma y el mundo te ha brindado, la familia de Religión Digital llora tu partida, pero también celebra tu vida. Tus palabras —“Hagan lío”, “La alegría del Evangelio es contagiosa”, “Los pobres son el tesoro de la Iglesia y la carne de Cristo”— seguirán guiándonos.
Tu sonrisa, tus gestos, tu mate compartido, tu capacidad de hacer grande lo pequeño, son un legado que no se apaga. Nos enseñaste que la fe es encuentro, que la esperanza es lucha, que el amor es el camino. Y aunque el dolor de tu ausencia pesa, sabemos que no nos dejas solos: tu espíritu sigue soplando, como el viento del Pentecostés.
Desde Religión Digital, te prometemos, Francisco, seguir defendiendo la primavera de la Iglesia. Porque esa primavera, que tú encarnaste, es la plasmación del Vaticano II: una Iglesia que escucha, que dialoga, que abraza a todos. Seguiremos luchando por una Iglesia samaritana, misericordiosa, en salida y sinodal, como tú nos pediste.

Seguiremos aportando esperanza y buena información, porque creemos, como tú, que la verdad libera y que el Evangelio es noticia. Seguiremos siendo la voz de los últimos, de los que no tienen voz, porque en ellos está Cristo.
Querido Francisco, Papa de la primavera, gracias por todo. Gracias por tu valentía, por tu humildad, por tu amor. Gracias por hacernos sentir orgullosos de ser Iglesia. En Religión Digital alzamos la mirada al cielo y te decimos, con el corazón en la mano: “Nadie puede parar la primavera en primavera, si viene en alas del Espíritu”. Tú la trajiste, y nosotros la cuidaremos. Hasta que nos encontremos en la casa del Padre, descansa en la paz de los pobres, tus predilectos, y sigue sonriendo desde el cielo.
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