Josep Miquel Bausset Cristianos perseguidos y el atentado a la revista "Charlie Hebdo"

(Josep M. Bausset, monje de Montserrat).- El atentado terrorista del pasado miércoles al semanario satírico "Charlie Hebdo", con 12 muertos, ha hecho saltar todas las alarmas. Es el terrorismo que, como el 11 de marzo de 2004 en Madrid, está atentando contra la vida y la libertad de las persones.

Y no obstante, esta violencia es la que viven cada día los cristianos de Siria y de Irak, y también los de otras zonas del planeta, sin que Occidente se inmute ni haga nada por evitarlo. Sin ninguna protesta. Sin ninguna acción a favor de los cristianos desposeídos de sus bienes y asesinados, y también de las iglesias destruidas.

Si el 1 de abril de 1933, los nazis pintaron la estrella de David y la palabra "Judío", en los comercios de los judíos de Alemania, pasado mes de julio los jihadistas de Irak pintaron en rojo, el equivalente a la letra "N", de nazareno o cristiano, en las casas de los cristianos de Mosul, ante la indiferencia y el silencio de Occidente. Es así como se están eliminando, en pleno siglo XXI, a los cristianos de Irak, presentes en este país des de los inicios del cristianismo, mucho antes que se establecieran los musulmanes.

Más de 100.000 cristianos han estado desposeídos de sus bienes y expulsados del Califato Islámico. Cristianos que han sido crucificados o decapitados. Cristianos que son abandonados en el desierto, sin agua ni alimentos, para que mueran de sed y de hambre. Mientras Europa calla.

Del millón y medio de cristianos que había en Irak el 2003, cuando el Sr. Aznar y sus "colegas" atacaron este país, con la mentira de la existencia de armas de destrucción masivas, los cristianos han quedado reducidos a menos de 400.000.

Es una vergüenza que estemos asistiendo a un genocidio ante el silencio y la indiferencia del mundo civilizado y que solo el papa Francisco haya apelado a la razón y al diálogo para acabar con este exterminio de los cristianos.

El P. Manel Nin, monje de Montserrat y Rector del Colegio Griego de Roma, me enviaba un artículo suyo (El martirio de la indiferencia) donde se hacía eco de la llamada dramática del Patriarca Sirio Católico José III Younan, que denunciaba la destrucción de iglesias, sedes episcopales y parroquias. El Patriarca José decía: "Nuestro arzobispado en Mosul ha sido incendiado totalmente, con los manuscritos y la biblioteca. Y ya han amenazado que, si no se convierten al Islam, todos los cristianos serán asesinados". Por eso el Patriarca se exclamaba así: "Es una vergüenza para la comunidad internacional".

Irak, Siria, Palestina, y todo el Oriente Próximo vive este drama de unos hermanos en la fe, perseguidos y asesinados. Y ya son miles los cristianos que se han visto obligados a huir del propio país.

Y a pesar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos defiende el derecho a la libertad (art 1), a la vida (3), y a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, así como a manifestar públicamente estos derechos (18), desgraciadamente, en el siglo XXI estos derechos son conculcados. Las minorías cristianas de los países de mayoría musulmana se ven perseguidas o expulsadas de sus propias casas.

En un informe de la revista Der Spiegel, se afirmaba que los cristianos son el grupo religioso más perseguido, desde Corea del Norte a Irán y desde Arabia Saudita a Afganistán o Somalia.

Y con estas masacres, ¿cual es la respuesta del mundo occidental? ¿Solo el silencio? Somos muchos los que nos sorprendemos de un mundo "civilizado" que calla ante estos asesinatos. ¿Donde están las manifestaciones de protesta? ¿Porqué no hay una denuncia clara y contundente de la ONU ante estos atentados contra la vida y contra la libertad de expresión?

Y con todo, "el mundo no ha estado creado para ser un cementerio", como decía el papa Juan XXIII, sino para vivir en la fraternidad, en la justicia, en la libertad, en el respeto de los unos a los otros. Solo así se conseguirá la paz, porque como ha dicho el papa Francisco, la violencia nunca trae la paz.

Con el atentado islamista a la revista "Charlie Hebdo" ha pasado como con la epidemia del Ébola. Mientras los muertos por el Ébola estaban en África, nadie hizo nada. Como con los cristianos perseguidos en Siria y en Irak. Pero ahora que, tanto el virus del Ébola como la violencia terrorista ha llegado a Europa, la cosa ha cambiado. A ver si se nota el interés del mundo Occidental para acabar tanto con el virus del Ébola, esté donde esté, como también con la violencia islamista. Tanto si tiene lugar en Francia como en Irak.

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