(Carlos Osoro, arzobispo de Valencia).- Europa, y muy en concreto España, ha vivido tres grandes fases históricas: sociedad de tradición, sociedad de transición y sociedad de saturación; o mejor, para entendernos más: sociedad de implantación estática en el mundo, sociedad de progreso dinámico hacia un futuro nuevo y sociedad de descolocación en el mundo sin orientación en el tiempo.
Y todo ello porque el pasado ha perdido su prestigio social, el futuro aparece amenazador y el presente no ofrece proyectos morales y espirituales que permitan al ser humano pensar la vida como proyecto, ejercerla como misión y andar hacia una meta que le merezca la pena. ¡Qué tremenda es esta situación! Tener todos los medios y carecer de fines; tener todos los caminos para avanzar hacia delante pero no saber qué metas le merecen la pena.
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