Francisco Gómez García Socavones a nuestra democracia demasiado perforada

(Fco Gómez García Fidalgo).-  Volvamos por unos instantes la vista al tres de mayo del 2006 en el que por Ley Orgánica 2/2006, el Congreso de los Diputados aprueba la Ley Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.

La Ley no consensuada, con el resto de Partidos, entra de inmediato en conflicto educativo con agentes importantes como los formados por los padres, los Centros de Enseñanza e Iglesias reconocidas con Acuerdos firmados con el propio Estado. Finalmente, la Ley es derogada por el Gobierno del Partido Popular en el Congreso de los Diputados con otra mayoría, el 28/XI/2013.

Sabemos que el tema de la Educación de niños y adolescentes es muy sensible para la clase política, pues desean adoctrinar desde la infancia a sus militantes, unos y otros, pero el derecho primero y fundamental, así como la ineludible responsabilidad lo tienen los padres de las criaturas, no de la Patria; por otra parte la corrupta clase política es un problema de no menor sensibilidad que la anterior, pero, en este caso, para los Ciudadanos.

Probablemente nos hubiera ido mejor como Nación si antes de entrar a la política, con calzador y de volver los políticos, locos a todos los agentes educativos del Estado, con los cambios a golpe de Legislatura, se hubiera hecho una Ley fundamental para seleccionar El Acceso de la Clase política al servicio de la Nación o del Estado, que tanto monta y monta tanto.

Por mucha palabrería que nos ofrezcan unos y otros, la sensación general es que quienes van a la política, sin diseño alguno de carrera ni siquiera el certificado médico, van a sus intereses; a la vez dispuestos a favorecer más al capitalismo salvaje, en el que ellos mismos entran, que a reducir el número de más excluidos y descartados que cada trimestre es mayor.

Como esa Ley no se ha hecho y los riesgos de fracaso de esta Democracia están a la vista, por algunos socavones profundos, me atrevo a señalar los que considero más importantes, dado que doy por supuesto que la finalidad de la Política es ofrecer a los Ciudadanos o Administrados, como prioridades: Salud, Educación, Seguridad y Trabajo.

Primer socavón: Enfermos. Es posible que el actual servicio de "salud", ofrecido por el Estado, cuente con un aprobado general de los Ciudadanos y el socavón se centre en la demora de listas de espera y el aún hacinamiento en pasillos, salas y habitación con tres camas. La salud es derecho constitucional reconocido, Art 43, CE.

Segundo socavón: Incultura. No se entiende el abandono escolar en Secundaria, salvo que los adolescentes estén desmotivados, bien porque sus padres no tienen estudios y viven sin ellos o vean, aún con ellos, cerrado el mercado de trabajo y no les compense, el esfuerzo. El Estado tiene recursos para elevar el nivel de baja cultura que raya en la falta de instrucción básica, por no llamarle con otro nombre. La Cultura es derecho fundamental constitucional del ciudadano reconocido, Art 27, CE.

Tercer socavón: Inseguridad. Aireamos estos años la política del "papeles para todos" y "fronteras abiertas", sin control y como Quijotes enviamos nuestras FF. AA a "misiones de paz" al exterior. A nivel Europeo, ello, trae consecuencias muy graves de inseguridad como sufrimos a diario. Europa no sabe lo que tiene debajo de sus pies. Necesitamos una política de migración demandada por el trabajo y la seguridad nacional. El Estado tiene medios para ese control. La seguridad pública es un derecho ciudadano cuya competencia exclusiva tiene el Estado, Art 149, 1. 29 CE.

Cuarto socavón: Falta de trabajo. Los respectivos gobiernos deben saber que la inseguridad ciudadana y la carencia de trabajo son dos socavones permanentes, los más sensibles que se repiten en todos los sondeos hechos a los españoles y que evalúan justamente el riesgo democrático. El Derecho de los españoles al trabajo lo recoge el Art. 35 de la CE. Ojalá pasemos de una vez, de la democracia representativa a la participativa que nos reconoce el Art 9. 2 de la CE.

Hoy, para nuestra vergüenza, comprobamos que la Democracia, por falta de varones y mujeres sabios y morales, está en manos de los terroristas, no en las nuestras con notables carencias de fertilidad biológica, cultural, moral y religiosa, seamos sinceros y no hipócritas; no es cuestión de más policías sino de mejores ciudadanos y Gobernantes.

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