Relegada por el neoliberalismo, hay que retormar la propuesta La Teología de la Liberación una necesidad vigente a 50 años de su propuesta

Gustavo Gutiérrez
Gustavo Gutiérrez

"Este año se cumplen 50 años de la publicación del libro 'Teología de la liberación. Perspectivas' de Gustavo Gutiérrez Merino, teólogo peruano, iniciador de la corriente de la teología de la liberación"

"La teología de la liberación tiene como centro al pobre. Sergio Silva amplia esta perspectiva señalando cuatro puntos del origen de la Teología de la Liberación: Teológico, eclesial, social y político"

"Como buena corriente que exige un compromiso fuerte, ésta fue criticada de forma igualmente férrea. La visión neoliberal predominante ha hecho que esos cambios que se buscaron desde 1965 hayan quedado en un olvido que raya en actitudes y acciones inhumanas para los pobres de hoy"

"Hay que retomar la propuesta de Gustavo Gutiérrez de hacer la teología de una forma distinta, como la que propone Francisco con la visión de una Iglesia de salida que libere de esas ataduras que han creado las nuevas formas de esclavitud"

Este año se cumplen 50 años de la publicación del libro “Teología de la liberación. Perspectivas” de Gustavo Gutiérrez Merino, teólogo peruano, libro que se ha reconocido como el iniciador de la corriente de la teología de la liberación, teología que implica una visión latinoamericana del hacer teológico, como el mismo Gustavo Gutiérrez dice: “se cree en Dios a partir de una situación histórica determinada; el creyente forma parte… de un tejido cultural y social”, luego, “se intenta pensar esa fe” (en el Dios de la vida, Salamanca, 1992, pp.17 y 22, citado por Vicente Botella Cubells), es una certeza que nuestra forma de creer tiene que ver con la realidad en la que vivimos, la cual después podemos llevar a la reflexión.

Es importante señalar que la situación histórica es el resultado de un proceso de evolución histórica, al fin de cuentas somos resultado de una historia personal y colectiva donde se ha ido situando nuestra formas de creer, en una forma de trayectoria, según la perspectiva de Bouidieu la que podemos definir como la que el mismo Boudieu señala como “la ‘serie de las posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente (o un mismo grupo) en un espacio en sí mismo en movimiento y sometido a incesantes transformaciones’” (Bourdieu, 1997b citado por Suárez, 2012, pág. 62). Si esto se da en la realidad actual, con mayor razón en la secuencia histórica.

La teología de la liberación tiene como centro al pobre. Sergio Silva amplia esta perspectiva señalando cuatro puntos del origen de la Teología de la Liberación: el Teológico que parte de la influencia de teólogos franceses y alemanes que tuvieron fuerte influencia en el Concilio Vaticano II; en lo eclesial donde un grupo de Obispos “constituyen el núcleo que anima y orienta la mayoría en el Concilio y también en la primera repercusión del Concilio en el nivel de la jerarquía en América Latina que fue la Conferencia General de Medellín”; en lo social el impacto de la pobreza en todo el Continente Americano, y en lo político enfrentado la teoría de la dependencia como causa y posible trampolín de solución a la situación de precariedad en toda América Latina (Silva, 2009).

Como buena corriente que exige un compromiso fuerte, ésta fue criticada de forma igualmente férrea, incluso como una “desviación ideológica” como es descrita por Pierre Bigo e incluso abierta a discusión por Roma a través del entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger, en 1984 aludiendo al método de análisis de influencia marxista, en donde vale la pena aclarar que aún todavía en los 80’s no se había dado el auge de los recursos para el estudio de las ciencias sociales que se tiene hoy día.

La propuesta de Gustavo Gutiérrez tenía como objetivo un “nueva manera de hacer teología”, como: “reflexión crítica sobre la praxis histórica” (Gutiérrez, 1971:33, citado por Chaouch, 2007), de tal forma que “Los ‘pobres’ concientizados, inspirados por su fe religiosa, eran vistos como los actores de su propia liberación. Es así como la teología de la liberación pretendió ser ‘la voz de los pobres’” (Chaouch, 2007, pág. 429).

Volviendo a las teorías de Boudieau los diversos campos sociológicos, de una o de otra forma, están imbricados en la realidad social, es inseparable el campo religioso, del social o del político o del cultural, hoy, por hoy, predomina más la teología de la prosperidad en un mundo donde el consumo y la laicidad predominan incluso en las clases sociales no económicamente fuertes, basta ver como en no pocas ocasiones es más importante un teléfono celular de última generación que satisfacer necesidades mucho más básicas. Esta visión neoliberalha hecho que esos cambios que se buscaron desde 1965 al finalizar el Concilio Vaticano II y que se fortalecieron en las Conferencias del CELAM en Río de Janeiro, Medellín, Puebla y Santo Domingo hayan quedado en un olvido que raya en actitudes y acciones inhumanas para los pobres de hoy, que no necesariamente con una pobreza económica, si no, incluso con una indigencia social, cultural y de salud.

La teología de la liberación, a lo largo de su historia ha florecido en distintas corrientes teológicas, la teología feminista, la teología negra, la teología india, etc., sin embargo, el proceso de liberación como producto de una revisión de nuestra fe desde la(s) realidad(es) que vivimos se ha visto condicionado por la influencia socio-cultural-económica denominada neoliberalismo.

Hay que retomar la propuesta de Gustavo Gutiérrez de hacer la teología de una forma distinta, como la que propone S.S. Francisco con la visión de una Iglesia de salida que libere de esas ataduras que han creado las nuevas formas de esclavitud, como el trabajo forzado, el régimen de servidumbre, el trabajo infantil y la trata de mujeres y menores con fines sexual, así como la mano de obra barata tan socorrida en nuestra América Latina, y, quizá valga la pena mencionar la migración como la nueva forma de tráfico de esclavos a veces disfrazada ahorcando las posibilidades de una vida digna en los países de África y América y quizá poner un gran acento en las implicaciones teológicas de la migración.

Bibliografía

Botella, V. (s.d. de s.d. de s.d.). https://web.unican.es. Obtenido de https://web.unican.es: https://web.unican.es/campuscultural/Documents/Aula%20de%20estudios%20sobre%20religi%C3%B3n/2010-2011/CursoTeologiaGustavoGutierrez2010-2011.pdf

Chaouch. (2007). La teología de la liberación en América Latina:. Revista Mexicana de Sociología, 427-456.

Silva, S. (2009). La Teología de la Liberación. Teología y vida , 93-116.

Suárez, H. J. (2012). Habitus clivé. Time in the theory of habitus in Pierre Bourdieu. Revista Latina de Sociología, 56-68.

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