Ángel Gutiérrez Sanz "Si Teresa de Jesús volviera hoy"

(Ángel Gutiérrez Sanz)- Así reza el título de un montaje musical obra de Victoria Molins y Toni Torrelles que ha sido representado recientemente en el Auditorio de Ávila, con motivo de la celebración del Quinto Centenario del nacimiento de la Santa Abulense, al que tuve el privilegio de poder asistir invitado por la gran familia teresiana.

Se trataba de hacer presente a Teresa de Jesús en el complejo mundo de hoy, a través de diferentes cuadros escénicos en los que iba quedando reflejada la problemática acuciante que afecta a los hombres y mujeres de hoy, dominados por las prisas y el desasosiego. A la cita escénica acudió la generación de jóvenes engendrada por la "cultura del carpe diem" sosteniendo con una mano el botellón y con la otra el móvil. Por la escena desfiló también el colectivo de mujeres ansiosas de legítimas reivindicaciones y a la búsqueda de una identidad que no acaban de encontrar. En esta sucesión de estampas representativas no faltó el grupo de los marginados y desheredados, esos descartados por la sociedad, que han acabado por no creer en nada y en nadie.
Todo ello viene a ser un reflejo de la situación que nos está tocando vivir y no deja de tener sentido que alguien trate de dar algún tipo de respuesta en clave teresiana a lo que nos está pasando. Además, resulta doblemente oportuno hacerlo así, si tenemos en cuenta la importante efeméride que estamos celebrando y el lugar tan emblemático como Ávila, lleno de reminiscencias teresianas. Aún con todo la gente se preguntará: ¿tiene algo que decirnos una monja del siglo XVI a los hombres del siglo XXI?

Desde el sentido providencialista de la historia yo pienso que cada cual está bien ubicado en el lugar y momento histórico que le ha tocado vivir y lo que hay que hacer es aprender a madurar en el lugar y en el tiempo en que fuimos plantados. Teresa fue una santa de su tiempo y para su tiempo que supo ser fiel a la misión y destino a ella encomendada, la mujer que supo dar lo mejor de sí misma a un mundo necesitado de su generosidad. Ello hubiera sido suficiente, pero le pareció poco y no se conformó, por eso quiso dejar sembradas para la posteridad fecundas semillas, llamadas a dar el ciento por uno y esto precisamente es lo que hace de ella una persona singular y universalísima, que rebasa las barreras del espacio y el tiempo. ¡Ay si Teresa de Jesús volviera hoy...! decimos, con cierto tono de nostalgia; pero en realidad no es necesario que vuelva, entre otras cosas porque nunca se fue; ella sigue siendo el faro orientador, ella no ha dejado de ser el personaje influyente en la sociedad, como siempre lo fue. ¿O es que alguien puede poner en duda que su espíritu sigue estando presente entre nosotros, a través de personas e instituciones herederas de su legado espiritual, que nunca ha dejado de estar vigente? Trataré de ser más explícito.
Ciñéndome a la problemática actual presentada en el musical, es bien cierto que otras Teresas, siguiendo las huellas de la Santa fundadora, están siendo capaces de ofrecernos respuestas ajustadas a las necesidades de nuestro mundo. Miles de carmelitas, encerradas en los muros de un convento, nos están dando diariamente testimonios fehacientes de que la felicidad hay que buscarla por los caminos de la interiorización y que el verdadero gozo del espíritu tiene su origen dentro y no fuera.

Por lo que respecta a la situación juvenil, está bien claro que lo que hoy se necesita es una elevación de miras, capaz de generar toneladas de ilusión. Están haciendo falta nobles ideales, que devuelvan a los jóvenes las esperanzas perdidas. Nuestros jóvenes tienen que llegar a comprender que la alegría de vivir no está reñida con la santidad, tal como lo entendió la santa de Ávila y por la que tanto trabajó Enrique de Ossó. Dentro del contexto cristiano yo me atrevería a decir que el teresianismo está aportando a la juventud de hoy razones válidas para afrontar la vida con optimismo.

Si el punto de mira lo situamos en la problemática femenina de nuestro tiempo, pronto nos daremos cuenta que nadie ha hecho tanto en favor de la mujer moderna como Edith Stein, esa filósofa eminente, discípula predilecta de Husserl, que encontró la verdad después de haber leído la autobiografía de Teresa de Cepeda y Ahumada. Sor Teresa Benedicta de la Cruz, desde los muros del convento carmelitano de Cöln- Lidenthal, siguió siendo la valedora más cualificada de los valores y derechos femeninos y la más firme defensora de su dignidad e identidad; allí escribiría su preciosa obra titulada "Formación y vocación de la mujer"; de allí saldría también su monumental tratado "El ser finito y el ser eterno".

Teresa Benedicta representa la exaltación de la mujer moderna, si bien su reconocimiento por parte de la sociedad se está haciendo de esperar, no así el de la Iglesia que después de haberla canonizado la ha declarado patrona de Europa. Teresa de Jesus y Teresa Benedicta de la Cruz por méritos propios, han pasado a la posteridad como modelos de mujer. Podríamos decir que de tal palo tal astilla, de tal madre tal hija.

Otra de las hijas espirituales de Teresa de Jesús es la Madre Teresa de Calcuta, imbuida de espíritu teresiano; ella es la Teresa de nuestro tiempo, la Santa de las cloacas. No sirve darle más vueltas, si queremos encontrar respuesta al drama de la pobreza y la marginación en nuestro mundo, hay que tomar ejemplo de ella. Remedio para esta lacra de nuestro tiempo existe, sólo es cuestión de asumir la actitud de entrega, solidaridad y generosidad para con los demás. Hemos de convencernos de una vez por todas, que el cáncer de las injustas desigualdades no es sólo una cuestión económica, es también y fundamentalmente un asunto de lesa humanidad.

Al final llegamos al convencimiento de que afortunadamente existen respuestas a la compleja problemática de nuestro tiempo, que de alguna forma nos remiten al espíritu de una mujer que existió hace muchos años y que aún se encuentra entre nosotros, dándonos ejemplos de vida. Teresa de Jesús continuará escribiendo libros, la veremos siendo noticia en los informativos, apareciendo en los periódicos y las televisiones del mundo, navegando por internet, haciéndose presente en los medios de comunicación social; seguirá inspirando iniciativas fecundas y nuevas formas de vida y sin duda estará bien dispuesta a ser guía y compañera de todos los que quieran seguir sus huellas.
Teresa de Jesús sigue viva entre nosotros y bueno es recordarlo en el Quinto Centenario de su nacimiento.

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