Francisco y León XIV ya nos han advertido de la mundanidad espiritual Las nuevas formas de simonía

Sermón del Anticristo, de Luca Signorelli
Sermón del Anticristo, de Luca Signorelli

"Muchas veces los exorcismos y misas de liberación son también espacios abusivos donde las víctimas son personas humanamente vulnerables. No quiere decir, que el oficio de exorcista no sea verdadero y necesario en la Iglesia, pero por este, debe estar nombrado por el obispo local y seguido por este"

"Misas Privadas Remuneradas, celebración de Misas privadas en residencias o barrios cerrados a cambio de ofrendas sustanciales o pagos disfrazados de ofrendas para las obras del padre …., creando una Iglesia "VIP" o privada"

"Es loable citar la reciente exhortación, del Papa Leon XIV, Dilexi Te, a veces cuando “se opta por una pastoral de las llamadas élites, argumentando que, en vez de perder el tiempo con los pobres, es mejor ocuparse de los ricos, de los poderosos y de los profesionales, para que, por medio de ellos, se puedan alcanzar soluciones más eficaces"

La simonía, aquel pecado que se remonta a Simón el Mago, quien intentó comprar el poder de conferir el Espíritu Santo (Hechos 8, 9-24), ha sido históricamente la lacra de la Iglesia. Se define como la compra o venta deliberada de cosas espirituales o anexas a ellas. Si bien la compra directa de obispados es cosa del pasado, en la Iglesia contemporánea, la simonía ha evolucionado, adoptando formas sutiles que amenazan la esencia de la fe: el principio de "Gratis lo recibistes, dalo gratis" (Mateo 10, 8).

Las "nuevas simonías" se manifiestan principalmente en la transformación de los bienes espirituales y las funciones eclesiásticas en objetos de lucro, influencia o favor. Aunque el Derecho Canónico (cánones 1380, 1381) sigue condenando el acto formal de simonía con penas específicas, los mecanismos modernos de intercambio se escudan en la legalidad o en la ambigüedad de las donaciones. En algunos países de Latinoamérica aún existen aranceles eclesiásticos por los sacramentos.

Creemos. Crecemos. Contigo

La Lucrativa Explotación de la Piedad y la Fragilidad

Una manifestación especialmente preocupante es la transformación de las necesidades espirituales y la búsqueda de consuelo en un modelo de negocio para la parroquia o el predicador, lo que se acerca a la figura de los "falsos profetas" del Antiguo Testamento.

No a la sanación intergeneracional
No a la sanación intergeneracional

El Negocio de la Sanación y la Liberación muchas veces se da en la proliferación de ceremonias de sanación, liberación o "misas carismáticas" cuyo acceso y participación están ligados a una "ofrenda" obligatoria, sugerida o exigida. En estos casos se explota la vulnerabilidad de fieles enfermos, asustados o en crisis al sugerir, explícita o implícitamente, que la eficacia de la gracia divina o el poder del carisma dependen del dinero entregado.

La venta de libros y otros productos afines, que acompañan de parroquia en parroquia al predicador sanador / carismático es otra forma sutil de comercialización de la Fe. Es decir, más allá de la legítima ofrenda voluntaria, se observa que algunos organizadores o sacerdotes de estas misas han convertido los eventos en una empresa con beneficios materiales. Esto puede incluir la promoción de productos anexos (aceites, reliquias, etc) antes o después de la ceremonia, usando el atractivo del milagro o la sanación como motor comercial. Otras veces, también inoculando culpa que solo la “sanación”y/o “liberación” puede curar.

Muchas veces los exorcismos y misas de liberación son también espacios abusivos donde las víctimas son personas humanamente vulnerables. No quiere decir, que el oficio de exorcista no sea verdadero y necesario en la Iglesia, pero por este, debe estar nombrado por el obispo local y seguido por este.

No han ido de turismo... sino a ser redimidos
No han ido de turismo... sino a ser redimidos vat

El Negocio del Turismo Religioso y la "Misa Premium"

Otra de las formas contemporáneas más elocuentes de esta “Simonía de Guante Blanco” se da en la instrumentalización del ministerio sacerdotal con fines comerciales y de elitismo. Por ejemplo, hay casos donde sacerdotes se convierten en "guías espirituales" para empresas de turismo religioso. Reciben una paga o compensación económica directapor su servicio en estos viajes, donde su rol es el de "vender" la experiencia religiosa a través de celebraciones privadas con el grupo selecto al que acompaña y que le permite vincularse con una elite socioeconómica. No pocas veces la publicidad de esos viajes va a acompañada de la leyenda: “Acompañamiento/guía espiritual del padre……”.

También deben mencionarse los Servicios destinados para la Élite (La Simonía de la Exclusividad). Los contactos generados en estos ambientes de viaje abren la puerta a una "élite" económica que busca comprar exclusividad espiritual. Esto se materializa en: Misas Privadas Remuneradas, celebración de Misas privadas en residencias o barrios cerrados a cambio de ofrendas sustanciales o pagos disfrazados de ofrendas para las obras del padre …., creando una Iglesia "VIP" o privada. Pensemos en las misas tradicionales o tridentinas celebradas en ambientes cerrados. Esto conlleva también a la atención Pastoral Exclusiva: Acceso preferencial a sacramentos, consejos espirituales o bendiciones solo disponible para aquellos que forman parte de este círculo de poder económico y que retribuyen con grandes donaciones, degradando la universalidad de la gracia.

Invitación a la 'conferencia' de Olivera Ravasi
Invitación a la 'conferencia' de Olivera Ravasi

Otras formas de Simonía

La creación de fundaciones por algunos clérigos termina constituyendo una pastoral paralela, son microemprendimientos (en algunos casosmacro) que conllevan a un estilo cuentapropista del ministerio sacerdotal.

Las capellanías autonombradas, al margen de la designación del obispo, constituyen algo así como un trabajo extra (a veces, el principal) del ministerio sacerdotal. No es de extrañar que estas capellanías sean en lugares de alto poder adquisitivo como escuelas o barrios cerrados. También movimientos eclesiales cuyos miembros son jóvenes o adultos de alto poder adquisitivo que buscan sacerdotes para sus exclusivos retiros espirituales que detrás de maquilladas y cosméticas propuestas espirituales o altruistas se convierte en un sequito elitista.

Es loable citar la reciente exhortación, del Papa Leon XIV, Dilexi Te, a veces cuando “se opta por una pastoral de las llamadas élites, argumentando que, en vez de perder el tiempo con los pobres, es mejor ocuparse de los ricos, de los poderosos y de los profesionales, para que, por medio de ellos, se puedan alcanzar soluciones más eficaces. Es fácil percibir la mundanidad que se esconde detrás de estas opiniones; estas nos llevan a observar la realidad con criterios superficiales y desprovistos de cualquier luz sobrenatural, prefiriendo círculos sociales que nos tranquilizan o buscando privilegios que nos acomodan”. La pastoral de las clases altas puede resultar una máscara para un estilo sacerdotal acomodado y elitista, y con una simonía de guante blanco.

La Advertencia del Papa Francisco y ahora de León XIV

El Papa Francisco ha sido un crítico constante de la mundanidad espiritual, que considera la raíz de la simonía contemporánea. El mismo Papa León XIV citando en Dilexi Te (nro. 41) al gran obispo San Juan Crisóstomo recuerda que este “Entendía la Eucaristía como una expresión sacramental de la caridad y la justicia que la precedían, la acompañaban y debían darle continuidad en el amor y la atención a los pobres”.

El Papa Francisco nos recordaba que a veces con la excusa de “lo mejor para Cristo” se termina cayendo en una liturgia de autoadoracion y autoveneración del sacerdote, se adora más a la liturgia que al objeto de la misma.

La lucha contra estas nuevas formas de simonía exige una renovación de la conciencia y un retorno radical al Evangelio, para que la luz de Cristo, que es para todos, no sea opacada por la sombra de la chequera

La lucha contra estas nuevas formas de simonía exige una renovación de la conciencia y un retorno radical al Evangelio, para que la luz de Cristo, que es para todos, no sea opacada por la sombra de la chequera.

Este tipo de neosimonía convierte a pastores en cleptoclero, que utilizan la investidura sacerdotal en su propio beneficio, son en el fondo usurpadores del ministerio sagrado.

Estos temas merecen ser puestos sobre la mesa, ser dialogados en toda su crudeza y realismo, sin eufemismos ni diluciones. Muchas veces por una prudencia acomodaticia o una forma de ser políticamente correcta no se conversan sobre estas problemáticas. Inclusive, me han llegado a decir, que no hable de estos temas, recordando un lema de mediados de la década del 1970 en Argentina, “el silencio es salud”. El silencio en la Iglesia es enfermedad y nunca salud.  

Corrupción
Corrupción

Sinodalidad implica rendición de cuentas y transparencia por parte de todos en la Iglesia. Esto supone que no puede haber existir situaciones como las descriptas conformando una iglesia paralela. Los sacerdotes no pueden tener una actividad privada por fuera del marco eclesial, aludiendo a ningún motivo, más aún cuando utilizan la investidura sacerdotal en esas actividades. Recuerdo al Cardenal Bergoglio que decía: “No quiero alternativos” (refiriéndose a curas que hacen la suya). Las actividades privadas pueden privatizar la Fe.

En estos días recordaba al Cardenal Bergoglio cuando señaló en su primer libro publicado en 1992 bajo el nombre “Corrupción y Pecado”: “Sabemos que todos somos pecadores, pero lo nuevo que se incorporó en el imaginario colectivo es que la corrupción pareciera formar parte de la vida normal de una sociedad, una dimensión denunciada pero aceptable del convivir ciudadano”, agregaría: “en algunos casos en el convivireclesial”.

Junto a esto, vale recordar a quienes, fuera de las redes sociales y de toda autoreferencialidad narcisista, ejercen el ministerio sacerdotal de manera pobre y abnegada.

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