Las Iglesias de África y Asia se oponen a los matrimonios gais La Iglesia anglicana estudia la figura de un líder espiritual “rotatorio” para evitar el cisma

Sínodo de la Iglesia anglicana (Archivo)
Sínodo de la Iglesia anglicana (Archivo) Church of England

La sombra del cisma ronda desde hace unos años a la Iglesia de Inglaterra, ella que nació de otra separación traumática en el siglo XVI, cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma

En plena sede vacante desde hace unos meses, tras la sorpresiva renuncia de Justin Welby, se planea ‘retocar’ las atribuciones del arzobispo de Canterbury y su primacía en el liderazgo sobre las Iglesias del resto de los continentes, con una estructura que persiste desde la época colonial

Se está estudiando “diluir” el papel de Canterbury mediante una reforma que podía acabar creando una especie de liderazgo anglicano “rotatorio”, algo que podría ser del agrado de las 46 iglesias a nivel global que la conforman

La sombra del cisma ronda desde hace unos años a la Iglesia de Inglaterra, ella que nació de otra separación traumática en el siglo XVI, cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma. Desde entonces, el arzobispo de Canterbury es el encargado de coronar a los monarcas británicos y actúa como el líder espiritual de 85 millones de anglicanos repartidos en 156 países.

Pero ahora, y en plena sede vacante desde hace unos meses, tras la sorpresiva renuncia de Justin Welby tras ser acusado deno haber actuado en 2013 cuando conoció un grave caso de abusos infantiles en el seno de esta comunión, se planea ‘retocar’ las atribuciones –siempre imprecisas– del arzobispo de Canterbury y su primacía en el liderazgo sobre las Iglesias del resto de los continentes, con una estructura que persiste desde la época colonial.

Justin Welby
Justin Welby EFE

Por ello, la Comunión Anglicana está estudiando “diluir” el papel de Canterbury mediante una reforma que podía acabar creando una especie de liderazgo anglicano “rotatorio”, algo que podría ser del agrado de las 46 iglesias a nivel global que la conforman. El puesto podría rotar entre las cinco regiones globales de la Comunión: Asia, África, las Américas, Europa y Oceanía, con un período de seis años, según información difundida por la agencia Reuters.

En todo caso, este toque de atención a “la Iglesia madre” de Inglaterra desde las otrora “colonias” no tiene más fundamento que tratar de calmar las aguas que bajan revueltas desde hace más de dos décadas, cuando en 2003 la rama estadounidense consagró al primer obispo abiertamente gay.

Tradicionalistas versus progresistas

La brecha se ensanchó en 2015, cuando se bendijeron los matrimonios entre personas del mismo sexo, algo que fue demasiado para las Iglesias anglicanas más tradicionalistas de África y Asia, que advirtieron del riesgo de cisma si la Iglesia de Inglaterra, más progresistas, seguía por esa senda.

Por ello, para evitar que se resquebraje la tercera confesión cristiana más numerosa del mundo, un órgano de la Comunión Anglicana global está estudiando reformar su estructura y procesos de toma de decisiones, con esta nueva figura que “asumiría algunas de las tareas organizativas actuales del Arzobispo de Canterbury”, dejando aparte las que afectan al ministerio personal y a la comunión.

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