El título de la nueva película de Mel Gibson, Apocalypto, evoca algo impreciso e inquietante, entre lo bíblico y lo catastrofista. Su visión es como una pesadilla, pero de una lucidez que espanta. Comienza con una cita de Will Durant: “Una gran civilización no es conquistada desde fuera, hasta que no se ha destruido a sí misma desde dentro”. Ya que este intrépido acercamiento a la América precolombina, establece un paralelismo claro entre la desaparición del imperio maya y la decadencia de nuestra sociedad actual. Acaba con el mito ilustrado del buen salvaje, pero hace también un valiente diagnóstico de nuestra época.