JUAN SIMARRO Inmigrantes: el multiforme rostro de Dios
No podemos pasar por alto en esta serie sobre inmigración, lo ocurrido a una menor ecuatoriana en el Metro de Barcelona. Es algo que hay que lamentar y que, en realidad, no define el comportamiento de los españoles con los nuevos ciudadanos de allende los mares que trabajan y viven en nuestro país. Esto no sólo fue un acto racista, sino un acto de una persona impregnada de una violencia irracional.
Afortunadamente existen las videocámaras, porque no sabemos cuántos actos racistas y violentos se deben producir en Europa sin que sean recogidos de una forma tan clara por una cámara de videovigilancia, pero, insisto, esto no define el comportamiento de la generalidad de los españoles. Hay muchísimos españoles solidarios con los inmigrantes.
Se trata de los golpes y la patada que daba en la cara un joven español a una joven ecuatoriana menor de edad en el Metro de Barcelona. Sin embargo, por las mismas fechas en las que este ciudadano español en Cataluña, de forma gratuita y sin que mediara ninguna circunstancia provocativa, maltrataba, abofeteaba y daba una patada en la cara a esta joven menor ecuatoriana, imágenes que nos conmovieron a todos los televidentes, se nos informa también de un joven de color, pediatra, abordado directamente por un inspector revisor de tren que sólo pide el billete al joven negro, parando el tren durante siete minutos en la estación de Flaçà y otros 30 en la de Camallera en espera de que llegara la policía, los Mossos d´Esquadra. El joven pediatra de color muestra a los Mossos su billete validado y los pasajeros se amotinan en defensa del joven de color y en protesta por un acto que consideran racista por parte del revisor.