J.A. MONROY
Historiadores del protestantismo español coinciden en que la Reforma religiosa del siglo XVI no tuvo arraigo en España porque fue aniquilada por la Inquisición y la contrarreforma. Pero el testimonio de los primeros convertidos dejó huellas, no todo quedó reducido a cenizas, algunas chispas prendieron de nuevo, otro fuego generó llamas y la luz del Evangelio volvió a iluminar ciudades españolas.
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