Al servicio de los enfermos

Cuidar implica aprender a interactuar, a ayudar al otro a crecer. Saber, comprender,tener paciencia, tener confianza, tener humildad - MERIGHI, 2002.

Cuidar de otros

La pandemia ha provocado numerosas reflexiones sobre mi contribución como ser humano, como cristiana, como vicenciana y sobre mi actuación profesional (soy psicóloga hospitalaria y profesora universitaria). Esta época de pandemia me ha ayudado a mirar a mi mundo de otra manera, así como al mundo en el que estoy inmersa; ha sido una época de gran aprendizaje. Una época que se parece en algunas circunstancias a la de San Vicente y Santa Luisa.

Además de la pobreza visible derivada de la crisis social, económica y financiera, la crisis existencial, el sufrimiento humano y las enfermedades físicas pueden entrar en lo más profundo de las personas y causar parálisis. Impulsada por la Esperanza, comprendiendo la presencia de Dios, he tratado de compartir con la gente que podemos lograr tener una nueva mirada sobre la realidad e impulsarnos a realizar el cuidado del otro de una manera sencilla y profunda.

Una pregunta está muy presente en mi mente: ¿cómo puedo ayudar a las personas y familias que se enfrentan a la enfermedad? Como respuesta siempre pienso y trato de estar cerca de los que están enfermos, de los que sufren. Intento seguir el legado de San Vicente y Santa Luisa: ¡ir hacia los enfermos!

Uno de los puntos que impulsan mi pensamiento es la Esperanza, saber interpretar los signos de los tiempos y, con la presencia del Espíritu Santo, ocupar nuestro lugar en el mundo. Estamos llamados a transformar y generar un nuevo estilo de vida.

El paciente es siempre más importante que su enfermedad, por lo que cualquier abordaje terapéutico no puede prescindir de escuchar al paciente, su historia, sus angustias, sus miedos - Papa Francisco.


Servir a los enfermos sigue siendo una de las directrices muy importantes en nuestros días. La buena asistencia a los enfermos debe ser una práctica diaria en nuestra vida. Cada uno de los enfermos tiene sus particularidades de salud y cada uno tiene sus necesidades puntuales. El buen cuidado pasa por entender esto y buscar lo mejor que se pueda hacer, física y espiritualmente, por ellos. La preocupación con los enfermos y sus enfermedades debe ser no solo por el problema momentáneo, sino que hay que preocuparse por la totalidad, dentro y fuera de los hospitales, hacer que sus necesidades familiares sean conocidas para que todos tengan una asistencia integral y completa.

En los comienzos de nuestra familia vicenciana, San Vicente se sintió tocado por la acción del Espíritu Santo en el cuidado de los enfermos. La visita de San Vicente a un hombre postrado en cama, una visita para la extrema unción: la visita de un sacerdote es el punto clave de la atención de San Vicente a los enfermos. En este gesto de visitar y bendecir al enfermo, San Vicente percibió el dolor y el sufrimiento humano. He elegido escribir sobre el servicio a los enfermos porque entiendo la gran importancia de esta labor presente en la vida de San Vicente y me inspira en mi práctica profesional como Psicóloga Hospitalaria y en la misión vicenciana.

Al principio, San Vicente de Paúl se sentía impulsado a pronunciar palabras que tocaran el corazón de la gente y el sufrimiento existencial que a menudo estaba presente en los seres humanos. San Vicente de Paúl era un hombre sabio y adelantado a su tiempo. Tras dejarse tocar por la acción del Espíritu Santo y cambiar efectivamente su forma de ver y vivir su misión y su caridad, fue analizando la realidad en la que se encontraba:
“a) La población vive sometida a una subalimentación crónica, debido a la escasez y poca
calidad de los alimentos.
b) La incapacidad de la medicina para hacer frente a las enfermedades, junto con la
carencia de hospitales o casas de salud.
c) Las guerras que se extienden casi ininterrumpidamente en el suelo de Francia.
d) La peste que, cuando aparece, reduce a la población, a veces hasta la mitad, sin disponer
de medios para atajarla.
e) El hambre, consecuencia y, al mismo tiempo, desencadenante de enfermedades.”

Gracias a la atenta mirada de San Vicente de Paúl, se registraron pautas sobre cómo atender a los enfermos. ¡San Vicente fue más allá de su tiempo! Encontramos en los registros que informan sobre los principios de la asistencia en salud pública, referencias a San Vicente, instrucciones dejadas por él y sus colaboradores sobre cómo atender a los enfermos con dignidad y limpieza. Mucho de lo que se ha formalizado y construido como protocolo de atención a los enfermos y de lo que se sigue practicando hoy, surgió en la época de San Vicente y de otras congregaciones religiosas que, en la práctica de la caridad y de la misión, cuidaban y siguen cuidando a los enfermos.

Como señala Foucault (1979), antes del siglo XVIII “el hospital no era una institución médica y la medicina no era una práctica hospitalaria. El hospital era esencialmente una institución para asistir a los pobres y el lugar donde iban a morir. El personaje central del hospital era el pobre que moría, no el enfermo que había que curar.


Con el crecimiento de la ciencia y la tecnología médicas se produjo una transformación
histórica de esa institución.

"Cuidar implica aprender a interactuar, a ayudar al otro a crecer. Saber, comprender, tener paciencia, tener confianza, tener humildad" - MERIGHI, 2002. ¡Virtudes presentes en el legado vicenciano!


[...] el ambiente hospitalario es estresante por varios factores, destacando el hecho de que la hospitalización pone de relieve la fragilidad a la que el paciente y la familia están expuestos emocional y físicamente. Muchas veces, sin pedir autorización, los profesionales adoptan posturas de "poder"; sobre el cuerpo de los demás. - FONSECA AM, et al, 2010.p.03.;. De la lectura de los escritos de San Vicente que orientaban el cuidado de los enfermos aprendimos la importancia de una atención humanizada.

“[...]cuidar de forma humanizada es ser capaz de comprenderse a sí mismo y al otro, ampliando este conocimiento en forma de acción y tomando conciencia de los valores y principios que orientan esta acción"; - FONSECA AM, et al (2010)” Como cristianos tenemos la oportunidad de: vivir intensamente la espiritualidad cristocéntrica, comprender que los retos y exigencias que impone la vocación de servir a los
Pobres, cuidar de los enfermos, es una forma eficaz de fortalecer la fe.

Referencias bibliográficas:
. AYRES, J. R. de Carvalho Mesquita. O cuidado, os modos de ser (do) humano e as práticas de saúde. Saúde e Sociedade, São Paulo, ed.3, v.13, p. 16-29, set - dez. 2004.
. FOUCAULT, Michel. Microfísica do Poder. 16 ed. Rio de Janeiro: Graal, 2001. 295p.
. SANTOS, Liliane Cristina; MIRANDA, Eunice Moreira Fernandes; NOGUEIRA, Eder Luiz. Psicologia, Saúde e Hospital: contribuições para a prática profissional. 1 ed. Belo Horizonte: Artesã, 2016. 286p.
. https://www.vaticannews.va/pt/papa/news/2022-01/papa-francisco-mensagem-dia-do-doente-2022.html

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