Berzosa: «La Semana Santa pierde autenticidad cuando se la manipula»
Lo justo para no pillarse los dedos y no echar más gasolina al fuego. «No voy a decir nada más de lo que ya ha dicho el Arzobispo», se limitó a comentar acerca de la utilización del lazo blanco en contra de la ley de reforma del Aborto en las procesiones pascuales.
Su mesura no es tanta. Al suscribir las palabras de Carlos Osoro, Berzosa se muestra partidario de que los cofrades luzcan el distintivo. Sin embargo, esboza un gesto de aprobación cuando sale a colación la inoportunidad de llevar el lazo en una procesión. Es el único momento en el que guarda silencio.
El obispo auxiliar de Oviedo atendió a LA NUEVA ESPAÑA minutos antes de ofrecer una conferencia en el palacio de Camposagrado, enmarcada en los actos de la VIII Exposición filatélica de Avilés. El título de la disertación, sugerente: «Cómo vivir la Semana Santa de manera auténtica». En efecto, para Berzosa existe una forma no auténtica de vivir la Pascua. «Cuando se descontextualiza o se manipula para transformarla en algo que no es. Cuando se la considera sólo como un período vacacional, o sólo un hecho cultural o folclórico, aunque esté revestido de religiosidad». Así es, para Berzosa, la forma incorrecta de entender la Semana Santa.
No obstante, el obispo auxiliar de Oviedo sacó a relucir su diplomacia para valorar el ingrediente cultural de la Pascua avilesina, importante para que se le declarara fiesta de interés turístico regional en 2002. «He estado varias veces en la Semana Santa avilesina. La conozco bien y detecto tres dimensiones: la religiosa, la cultural y la de identificación de los avilesinos con su ciudad. En este último contexto, la comida en la calle es muy importante», indicó Berzosa.
Su negativa a menear el tema del lazo blanco no fue óbice para que el obispo auxiliar de Oviedo se pronunciase acerca de la reforma de la ley del Aborto. A los nonatos, Berzosa los incluyó en la nómina de lo que él mismo denomina los «nuevos crucificados»: «Las víctimas de la guerra, del hambre y del terrorismo». Junto a ellos se alinean «aquellos a los que se les priva de nacer», según señaló.
Por último, Berzosa subrayó el carácter solidario de la Iglesia, aunque en ocasiones el mensaje esté en sordina: «La caridad no necesita propaganda», remachó.