"El Evangelio, leído con humor"
Santiago Gil de Muro presenta su nuevo libro El evangelio, leído con humor. Santiago Gil de Muro (Arnedo, 1923) compagina dos pasiones: el cine y la fe cristiana. Es sacerdote, impartió clases en el Seminario de La Rioja y dirigió el cineclub de la Escuela de Magisterio. Su nuevo libro El evangelio, leído con humor, que repasa las claves más simpáticas del credo, lo presenta a las 19.30 h. en el Espacio Fundación Caja Rioja-Santos Ochoa. Le entrevista larioja.com
-¿Cómo ha conseguido destilar el humor del Evangelio?
-Cuando fui profesor del Seminario, quizá por exceso de cultivo, la Religión podía ser tediosa, así que quise ofrecer esa visión divertida del Evangelio. Entonces, los alumnos venían a clase muy interesados, y eso llegó a oídos de la diócesis, donde se sorprendieron por el divertido enfoque de la asignatura. Así que esa idea me ha rondado constantemente, incluso en la predicación. Una vez jubilado, redacté las ideas y así ha surgido el libro.
-Pero hay que hilar muy fino para extraer ese humor, ¿no?
-Claro, si no se tiene un profundo conocimiento de La Biblia no se llega a captarlo. Pero el mío no es un libro profundo, sino más de pistas, de plantear las pistas. Jesús usa el humor, la ironía (y creo que hasta el sarcasmo en alguna ocasión), para anunciar la buena nueva que él trae. A quien lea el libro con ligereza, posiblemente, no le interese demasiado. Miguel Ángel Muro, en su crítica literaria, apuntó ayer que más que humor puede ser amor.
-¿Y está de acuerdo?
-Cuando he dedicado algún ejemplar he escrito, sin conocer la opinión de Muro: «Sólo, el Amor, con mayúscula, y el humor, con minúscula, nos salvan». Creo que ambas cosas son fundamentales en la vivencia cristiana. El Obispo, al recibir el libro dedicado, me respondió que yo había dado en el clavo. La vertiente humorística del Evangelio no es muy conocida, pero no es nada frívolo tampoco.
-Se ha apoyado mucho en las versiones cinematográficas del Evangelio, ¿quizá en contraposición, por su sobriedad?
-Para los cineastas es difícil traducir el humor porque, generalmente, no tienen mucha fe, como Pasolini. Y es normal porque el propio Mesías tampoco profundiza demasiado en el tema. Las referencias que hago al cine están intencionadas porque dan a entender las distintas visiones que ha hecho el cine, donde abundan más los puntos de vista dramáticos, mientras que la vertiente humorística ha pasado, creo, desapercibida. Ahora yo la pongo en valor.
-¿Cómo ha conseguido destilar el humor del Evangelio?
-Cuando fui profesor del Seminario, quizá por exceso de cultivo, la Religión podía ser tediosa, así que quise ofrecer esa visión divertida del Evangelio. Entonces, los alumnos venían a clase muy interesados, y eso llegó a oídos de la diócesis, donde se sorprendieron por el divertido enfoque de la asignatura. Así que esa idea me ha rondado constantemente, incluso en la predicación. Una vez jubilado, redacté las ideas y así ha surgido el libro.
-Pero hay que hilar muy fino para extraer ese humor, ¿no?
-Claro, si no se tiene un profundo conocimiento de La Biblia no se llega a captarlo. Pero el mío no es un libro profundo, sino más de pistas, de plantear las pistas. Jesús usa el humor, la ironía (y creo que hasta el sarcasmo en alguna ocasión), para anunciar la buena nueva que él trae. A quien lea el libro con ligereza, posiblemente, no le interese demasiado. Miguel Ángel Muro, en su crítica literaria, apuntó ayer que más que humor puede ser amor.
-¿Y está de acuerdo?
-Cuando he dedicado algún ejemplar he escrito, sin conocer la opinión de Muro: «Sólo, el Amor, con mayúscula, y el humor, con minúscula, nos salvan». Creo que ambas cosas son fundamentales en la vivencia cristiana. El Obispo, al recibir el libro dedicado, me respondió que yo había dado en el clavo. La vertiente humorística del Evangelio no es muy conocida, pero no es nada frívolo tampoco.
-Se ha apoyado mucho en las versiones cinematográficas del Evangelio, ¿quizá en contraposición, por su sobriedad?
-Para los cineastas es difícil traducir el humor porque, generalmente, no tienen mucha fe, como Pasolini. Y es normal porque el propio Mesías tampoco profundiza demasiado en el tema. Las referencias que hago al cine están intencionadas porque dan a entender las distintas visiones que ha hecho el cine, donde abundan más los puntos de vista dramáticos, mientras que la vertiente humorística ha pasado, creo, desapercibida. Ahora yo la pongo en valor.