La fecha de nuestro Bautismo

Hace unas semanas fue clausurado el Año de la Fe. Hemos meditado en que la fe es un acto personal: yo creo, respondo personalmente a Dios, que ha querido darse a conocer y entablar amistad conmigo.
Pero –como añade el Papa- el cristiano no es una isla, no nos convertimos en cristianos haciendo experimentos en un laboratorio, sino que la fe la recibimos de otros, de la familia, de una comunidad que nos la transmite. Normalmente es alguien, como los padres, que quiere lo mejor para nosotros y que firma en nuestro nombre, porque recibimos esta herencia del amor de Cristo al poco de nacer. Esto es el bautismo. La fecha de nuestro bautismo es la de un compromiso que cada uno, a lo largo de los años, deberá aceptar o podrá rechazar. Pero sobre todo es un don que se nos entrega y que está llamado a desarrollarse.
Continuando con las enseñanzas del papa Francisco, la primera cosa que se nos pide a los cristianos es escuchar la Palabra de Dios. Es la que suscita la fe, la nutre y la regenera si la hemos perdido. ¡Qué importante es leer con frecuencia el Nuevo Testamento! Tenemos la suerte de conservar en el Evangelio muchas palabras de Jesucristo y cuatro narraciones complementarias de sus pasos en la tierra.
Este domingo celebramos el Bautismo del Señor, el primer Misterio de Luz, como fue propuesto por Juan Pablo II. Lo que nos ilumina es aquí ver a Jesús de Nazaret poniéndose a la cola de quienes iban a ser bautizados por Juan en el Jordán. ¡Por supuesto que Cristo no necesitaba bautizarse! Pero incluso en esto quiso ser como un hombre más, para ejemplo nuestro, que sí estamos sometidos a la ley del pecado.
Con motivo de esta festividad, y haciéndome eco del Papa, os invito a recordar la fecha del bautismo y, en todo caso, la responsabilidad de ser verdaderos cristianos, en nuestra vida y ejemplo de conducta.
† Jaume Pujol Balcells
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado