El nuevo obispo de Málaga desea "conocer y potenciar" la vida de las cofradías

"Deseo animar a los miembros de las cofradías a que vivan la fe y que profundicen en la vida cristiana y pido que los hermanos sean buenos cristianos", señaló, lo que se traduce "en ir a misa los domingos, confesarse regularmente, vivir la caridad y compartir con los demás".
"Estoy seguro de que vamos a trabajar con ilusión y con prioridad", declaró. Así, anunció que esta semana realizará algunas acciones que entran dentro de la solicitud pastoral de un obispo, como visitar a los enfermos de un hospital, una residencia de ancianos, un centro de acogida y un centro penitenciario, "para encontrarme con la gente que no pudo venir a encontrarse conmigo ayer en la basílica de la Victoria".
Catalá expresó que el próximo domingo ordenará a un diácono para realizar las celebraciones propias de estas fiestas, pero aseguró que, antes de afrontar grandes proyectos, prefiere "conocer la realidad de la ciudad y a su gente".
Además, destacó la "importancia" de los planes pastorales de la Iglesia de Málaga, a la que definió como "dinámica, evangelizadora y muy comprometida con los hombres y sus necesidades".
"Prueba de ello es --según expuso-- la tarea encomiable que realiza la organización humanitaria 'Cáritas Diocesana', siempre atenta a las necesidades que surgen". Así, indicó que en este momento hay un 40 por ciento más de peticiones que hace unos meses.
Con respecto al nombramiento, el obispo aseguró que se enteró 15 días antes de que se hiciera público, es decir, el 25 de septiembre, por el nuncio apostólico de Su Santidad, Manuel Monteiro de Castro, que fue quien se lo comunicó. "Para mí fue una gran sorpresa, no me esperaba ser obispo de Málaga porque mi nombre había salido en bastantes quinielas desde hace años", comentó.
Además, afirmó que "procedo de una cultura agrícola, soy hijo de labradores, por lo que conozco los trabajos del campo. Un nombramiento es como cuando se arranca una planta. Al tirar de ella, hay raíces que se quedan en la tierra y otras se van con la planta a otro lugar. Así, en un nombramiento a uno se le pide perder parte de sí mismo", señaló.
"Llegar a una ciudad que no conoces significa un cambio muy fuerte. Ser Papa o ser obispo es un servicio que se te pide sin ninguna preparación especial, por lo que supone todo un reto. Cuesta, por tanto, dejar a las personas que uno ha conocido y querido, pero por encima de los sentimientos está la obediencia de los consagrados a Dios, que manifiesta su voluntad a través de la Iglesia", indicó.
Catalá, valenciano nacido en 1949, comenzó de sacerdocio en pequeñas parroquias de su ciudad y fue nombrado en 1999 obispo de Alcalá de Henares (Madrid). Desde 2005 es presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral y miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española.
El 10 de octubre de 2008 fue nombrado obispo de Málaga, en sustitución de Antonio Dorado Soto, quien en junio de 2006 presentó su renuncia tras cumplir los 75 años.
"He estudiado en cuatro universidades distintas, como Valencia, Salamanca, y en dos de Italia. Pero, sin duda, mi gran universidad ha sido El Vaticano. Estar más de 10 años trabajando muy cerca del anterior Papa, Juan Pablo II, te da una visión global de la Iglesia, de la sociedad y del mundo. Ha sido una experiencia muy importante que ha marcado mi vida", aseveró.
Según expuso, "he hablado y he estado muchas veces con Teresa de Calcuta, que hoy ya está proclamada en los altares; con la fundadora del movimiento de los Focolares, Clara Lubich, así como con otros fundadores de movimientos religiosos que, seguramente, serán proclamados beatos y santos dada su gran categoría humana".
"Roma ha sido mi segunda ciudad y espero que Málaga sea, a partir de ahora, la ciudad de mi alma. Soy mediterráneo y Málaga también lo es, por lo que estoy sintonizando muy bien con ella. Es una ciudad muy dinámica y con mucho futuro", expresó.
CRISIS ECONÓMICA
Con respecto a la crisis económica, Catalá afirmó que Málaga está tan afectada como las demás ciudades, sobre todo porque su economía se basa en los dos pilares más resentidos, como es el de la construcción y el turismo. Sin embargo, creo que "tiene los suficientes recursos como para salir airosa de la situación".
Por último, el obispo desmintió unas declaraciones publicadas en el 'Diario de Alcalá' en las que apuntaba que "la homosexualidad es una desviación sexual aprendida y que puede dejar de serlo": "El periódico manipuló la información. Yo respeto a los homosexuales como personas, pero acepto lo que dice la Iglesia y la valoración moral que hace Jesucristo en el Evangelio".