¿Nadie va a salir en defensa del Padre Bru machacado por Losantos?

Manuel María Bru, director de la programación socio-religiosa de la COPE, se ha convertido, desde hace unos días, en otro de los muñequitos del pim-pam-pum del inefable Federico Jiménez Losantos. Su pecado: salir en defensa del cardenal Sistach, injustamente motejado y atacado por el locutor de La Mañana. Su penitencia: aguantar a diario las chanzas, burlas, insinuaciones y requiebros llenos de mala leche de su compañero de emisora. Bru o Padre Bru ya se ha convertido en otro de sus recurrentes latiguillos.

El valiente Federico se ceba con el sacerdote, pero se cuida muy mucho de mencionar a algunos otros de sus supuestos "enemigos" eclesiales. Por ejemplo, al cardenal Cañizares, que fue el primero en escenificar públicamente su desacuerdo con la renovación de Losantos.

Y mientras Losantos machaca sin piedad al bueno de Manuel María Bru, en círculos eclesiásticos reina un silencio total. ¿Dónde está el cardenal Rouco en este tema? ¿No va a salir él o alguien del arzobispado de Madrid a defender a un cura de su presbiterio que, además, fue, hasta no hace mucho tiempo, nada menos que delegado de medios de comunicación del cardenal y de la archidiócesis madrileña?

¿Y sus compañeros de la COPE van a seguir mudos? Sobre todo los integrantes de la llamada "Cope católica". Empezando por José Luis Restán,director general de contenidos y miembro de Comunión y Liberación. Y siguiendo por su compañera de La Tarde, Cristina López, que presume de católica. O el mismísimo presidente de la cadena, Alfonso Coronel de Palma, miembro y hasta hace poco presidente de la Asociación Nacional de Propagandistas.

Seguirán callados. Y nadie se atreverá a pararle los pies al bocazas que lanza pullas (o pullitas chillonas e indignadas) contra un cura, cuyo único pecado fue el salir en defensa de un cardenal de la Iglesia.

Pues desde aquí, los angelitos quieren felicitar y solidarizarse con Manuel María Bru. Otras veces, aquí mismo, le criticamos.

Por ejemplo, no hace mucho, en la presentación de su libro "Somos libres" (eslogan de la cadena, por él acuñado) decía lo siguiente: "Últimamente se le ha criticado a la COPE que algunos de sus comunicadores, en sus formas, no sean fieles al ideario, no voy a negar que no puedan haberse dado, puntualmente, motivos que justifiquen esta crítica. Pero lo que esos supuestos defensores del ideario pretenden es justo lo contrario de lo que pretende el ideario: que ésta sea una radio informativa, provocativa, incisiva, que hace un juicio sobre la realidad, y lo hace desde la independencia política, desdela libertad de la inspiración cristiana, a su vez amplia y plural. Lo que desearía el poder político, cultural y mediático que manda en este país, es que la COPE fuera una radio «devocional», así como que los católicos creyesen lo que ellos quieren que creamos, y por su puesto que ni individual ni asociadamente, y mucho menos a través de importantes plataformas culturales y mediáticas, hubiera una presenciacatólica pública, en la calle, y no encerrados y avergonzados «en las sacristías».

Entonces, le criticamos. Siempre nos pareció que, en esta etapa, muchos de los comunicadores-estrella de la Cope no cumplían (ni cumplen) el ideario de la cadena. Ahora, le aplaudimos y nos solidarizamos con él. Por su gesto valiente y en conciencia. Porque no tenía nada que ganar y mucho que perder y, sin embargo, lo hizo. Y porque hay clérigos que no lo supeditan todo a su carrera. Gracias, Manuel.
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