"Prácticamente el único asociacionismo presente en los suburbios es religioso"

¿Cómo interpretar esto? Primero, lamentar el bajo asociacionismo de los pobres y la ausencia de entidades. Hemos olvidado el derecho de participación social de las personas empobrecidas. En segundo lugar, constatamos el intenso compromiso eclesial en la lucha contra la exclusión, y que es el principal cauce de participación social de los pobres. La presencia de Iglesia es más que una intervención social que los convierte en usuarios: es participación que los hace ciudadanos.
En tercer lugar, supone un desafío a las religiones: al ser el principal cauce de participación social, hay una enorme responsabilidad respecto a que realmente sea un compromiso promotor de la persona y creador de ciudadanía. También urge el sentido ecuménico, porque parte corresponde a otras confesiones y es necesario compartir un enfoque de promoción y en red.
Cuarto, desde el conjunto de entidades públicas, hay que intensificar la cooperación con las iglesias sin hacer que se conviertan en ONG, sino respetando el valor promotor de su singularidad y acción religiosa.
Quinto, cuando hablamos del estado de la Iglesia en España, deberíamos relativizar la “alta política” y poner este hecho en el centro. Aumentaría la comunión. La comunión sólo se alcanza no por las luchas identitarias, sino si servimos juntos al Otro.
Fernando Vidal (Vida Nueva)