1.- En este tiempo de adviento dame, Señor, esa fuerza secreta que me ayude a una superación constante.

2.- Dadme, Señor, el don de oración, el don de abnegación, la perseverancia final y celo para la salvación de las almas.

3.- Pongo en Ti mi corazón, muy arriba, porque quiero estar contigo. Ayúdame, mirad que soy muy pobre, y necesito de Vos como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar.

4.- Dadme vivir altos ideales. Conservar y aumentar los que en mi época de formación adquirí. El mismo de entonces, Señor, sois ahora: acógeme.

5.- Mi máxima de adviento te la repito con fervor: "Confío y espero"; miro hacia arriba: Tú me proteges y me guías; Tú me sostienes.

6.- Tú eres, Señor, mi guía y no cesas de vigilarme para que no tropiece. En Ti confío. Ven, Señor, Jesús.
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