1.- Confieso, Señor, que soy pecador; lo reconozco.
2.- He buscado el mal no directamente, porque sería diabólico, sino prefiriendo mi satisfacción a la gloria de Dios.
3.- Ese es mi problema, por ahí van mis dificultades. Soy hombre; nada de lo humano es ajeno a mí. He demostrado una fe pequeña, una esperanza floja y caridad fría, perdóname, Señor, y dame tu gracia.
4.- ¡Te pido ayuda, gracia eficaz para ser santo de verdad! Mi voluntad ha sido débil. Nada soy, pero todo lo puedo en Aquél que me conforta.
5.- Sé santo en mí, fuerte en mí, amor en mí y así podré de alguna manera reflejar tu santidad, tu amor, tu fortaleza.
6.- Olvidé al Creador y me refugié en las criaturas. Me cuesta ser bueno, pero lo aprecio de verdad.
6.- No he sabido confiar en tus promesas ni en tu gracia. Dadme, sí, el don de la penitencia; prepara mi alma con la caridad que me lleve, a través de la compunción, a tu amor.
7.- Dad fuerza a mi voluntad. ¿Quién soy yo y quién sois Vos? Te adoro y me reconozco polvo; he construido un edificio de miseria. No te acuerdes de mis pecados, cuando vengas a purificar el mundo por el fuego.
8.- Dirige, Señor, en tu presencia mis pasos. ¡Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío!
Puedes ver página web de espiritualidad http://personales.jet.es/mistica