Cuidado con la transexualidad…

Crítica Constructiva

Cuidado con la transexualidad…

Antonio Soria se ha convertido legalmente en Antonia Soria. No ha existido amor problema jurídico para lograrlo. ¿Qué ha ocurrido?

Cuando yo era niño me decían que, si uno pasaba por debajo del arco iris, se convertía en chica. Eso nadie lo conseguía, ahora resulta más fácil. Unos doctores en medicina lo explican: la operación quirúrgica resulta sencilla. Consiste en vaciar el pene y el escroto de toda parte carnosa; practicar una abertura en la región perineal, en introducir en ella la piel del pene que se convertirá en vagina; el escroto sería los labios de la vulva. Pero en realidad aquel hombre nunca será verdadera mujer.

El segundo modo de realizar la operación registra una variante. Los órganos genitales masculinos son reducidos a su tamaño ínfimo, y en la región perineal se traspasa un trozo de intestino.

Los pacientes que se someten a este tipo de operaciones son realmente hombres fisiológicamente, mas en su psiquismo se sienten mujeres, tal vez desde la infancia. No se contempla aquí el caso de hermafroditismo ni el de sexo dudoso.

Muchos de estos pacientes desean ser auténticos consigo mismo, y optan por la intervención quirúrgica. Piensa que de esta manera van a ser más felices. TVE en el programa Informe Semanal del 23 de febrero de 1985, emitió un reportaje de sobre este asunto espinoso. La primera evidencia es que la intervención quirúrgica no logra el cambio de sexo. Es una "aproximación"; mejor, un engaño. De ningún modo consigue cambiar de sexo: no ha crean ovarios, ni consiguientemente capacidad reproductora. Lo único logrado es una grave mutilación con una parodia del cambio de sexo. Una verdadera aberración médico quirúrgica. Un disparate.

Una intervención de este género solo puede producir la impresión de cambio de sexo en personas de muy bajo nivel cultural; no en otras.

¿Es suficiente motivo, en el terreno moral cristiano, la ansiedad psicológica fuerte de ser mujer, para permitir una grave mutilación? Hemos de responder un NO rotundo. Nunca se ha considerado lícito desde los tiempos primitivos del cristianismo someterse a castración para evitar tentaciones carnales; ni siquiera para verse libre del pecado. Mucho menos puede ser lícita una grave mutilación para un falso cambio de sexo.

Por otra parte, las personas así tratadas pueden caer en las redes de los bajos fondos del vicio depravado, y ser pasto de personas degeneradas.

Calculan que cada ciento cincuenta mil personas aparecen seis hombres y una mujer transexuales. Las leyes estadísticas suelen ser exactas. Según esto podemos preguntarnos:

¿Cómo se solucionaban en tiempos pasados estos problemas "angustiosos"? Las personas cultas y formadas procuraban solucionar este problema con la ayuda del confesor, del psicólogo, del amor al estudio, a su profesión... y dedicarse a la ayuda y servicio de sus semejantes. Y muchos de ellos disfrutaban y siguen disfrutando de una felicidad normal. A nadie se le hubiese ocurrido "cambiar de sexo", entre otras cosas porque lo veían tan imposible como pasar por debajo del arco iris de mis tiempos infantiles.

El cambio de sexo actual no es más que una chapuza absurda y cruel. Difícilmente lo perdonará la verdadera ciencia, y la moral católica siempre lo rechazará.

Me gusta ser respetuoso con las decisiones de mis semejantes. A todos hemos de acoger como hermanos. Pero eso no quiere decir que aprobemos cosas insensatas. Como decíamos antiguamente: "Odio al pecado, pero acogida al pecador".

 José María Lorenzo Amelibia 

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