Frecuentes las cruces, pero hay que tener esperanza. Puntos de meditación 26-7-22
Ideas de San Pedro Julián Eymard
La cruz de cada día
A medida que uno avanza en la vida, son más frecuentes las cruces, pero hay que tener esperanza: nos avisan la proximidad del paraíso.
El amor de Dios penetra en nuestro corazón por una llaga abierta, si sabemos aceptarla.
Hemos de entenderlo: el estado de sufrimiento viene siempre de Dios. Asumirlo.
Jesús nos coloca sobre la cruz; aceptarla con esperanza.
Cuando estéis desolados, amad a Jesús. Uno sufre crucificado con Jesús, pero siente paz y alegría.
La cruz de Jesús es nuestra herencia, pero su amor es nuestra fuerza.
Amar a Jesús es sufrir por Él. Amarle con perfección es llegar a la muerte: después lleva la resurrección.
Ánimo, pasa el tiempo; llega Cristo, y con Él Dios en su amor eterno.
José María Lorenzo Amelibia
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