1.- Jesús, que en el Sagrario te encuentras prisionero; mi corazón te ofrezco lleno de amor sincero.
2.- Perdona mis pecados; mira que soy tu amigo. Ábreme ya la puerta; quiero morar contigo.
3.- Que no se confunda mi vida con la de los pecadores; enséñame, Padre a tratar con los pecadores, a amarles como Tú los ambas, pero no permitas que practique sus obras, sin que sea para ellos buen ejemplo y ayuda de salvación.
4.- Acoge con este fin mi oración. Y te pido de una manera especial por aquellos por quienes nadie ora, por aquellos más allegados a mí, pero a quienes no puedo hablar, porque me rechazan.
5.- Te amo a Ti, Dios mío, y ayúdame a amar a todos como Tú los amabas. Que no perezcan en su desgracia. Y líbrame también a mí de la condenación eterna.
6.- Santa Virgen María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Dame paciencia y amor a Ti, si sufro persecución de los enemigos de la fe. Consuela entonces mi alma.
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